Imparable la devaluación del bolívar en la frontera


La moneda venezolana  siguió devaluándose en el mercado cambiario fronterizo,  donde la cotización se rige por el valor del dólar en el  mercado paralelo, cayendo este jueves  a 8 pesos por  bolívar  para la compra, mientras que el precio para la venta  oscilaba entre 8.50,  8.70 y 8.80 pesos.

Operadores cambiarios de San Antonio atribuyeron la caída del  bolívar al  progresivo encarecimiento  del dólar en el mercado  paralelo,  donde  ya  ronda los 300 bolívares  y también a la sobreoferta de billetes  venezolanos que existen en el mercado.

Ante la progresiva devaluación de la moneda venezolana, que a juicio  de ellos mantiene tendencia a la baja,  los operadores cambiarios de San Antonio y los cambistas de la localidad colombiana de La Parada se abstienen  de comprar bolívares, para evitar pérdidas económicas,  lo cual le dificulta a los  usuarios  hacer  la conversión de bolívares a pesos y si le aceptan la operación,  debe ceder a que le compren la moneda a un precio más del que en promedio se cotiza en las  agencias fronterizas.

En las agencias de los operadores cambiarios de San Antonio, por lo general,  llegan personas colombianas que  tienen  pesos y buscan cambiarlos al mejor  precio por bolívares,  para hacer  compras en el comercio de la frontera venezolana. También cambian pesos por bolívares los  viajeros extranjeros que  ingresan  a Venezuela, sin embargo,  a pesar de la devaluación, la afluencia de  usuarios no es tan  numerosa.

Para las personas que tienen  pesos en su  poder, resulta  rentable hacer la conversión por bolívares  para hacer compras en el comercio o pagar servicios como alimentación, hospedaje y también  servicios de mantenimiento de vehículos, cambio de aceite,  filtros  o frenos, si consiguen los insumos.

No obstante,  hay comerciantes  y prestadores de servicio en San Antonio y Ureña que manifiestan  que es poco lo que  pueden  ofrecer, debido al desabastecimiento y a la falta de insumos que  afectan al comercio en general. Otros  señalan que muchas veces los visitantes extranjeros se abstienen  de comprar lo poco que pueden  encontrar en el comercio del eje fronterizo, por temor a que se lo decomisen en las alcabalas militares que hay para salir  hacia Colombia  a través de los  puentes  internacionales Simón Bolívar  y Francisco de Paula Santander.  En dichos  puntos de control, los  soldados  decomisan incluso un litro de agua, de jugo o cualquier  producto alimenticio, así se trate de una unidad.  

Para los venezolanos, a medida que se devalúa el bolívar, resulta más costoso comprar cualquier producto  en  suelo  colombiano. Aún así,  hay  personas que se ven obligadas a adquirir allá  muchos  artículos,  medicinas o repuestos que no encuentran en el país. La impotencia y la rabia crecen si el producto que consiguen al otro lado del río Táchira es hecho en Venezuela pero salió de contrabando,  y lo deben pagar a precio escandalosamente alto en comparación con el valor que tiene en  territorio venezolano.

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