Villa del Rosario: el alcalde se jacta de quemar pólvora

Con resíduos de pólvora se quemó la mano derecha un niño de 7 años, del barrio San Gregorio de Villa del Rosario.

Que el gobernador gobierne a su forma, que los alcaldes gobernamos a la nuestra.

Las palabras son del alcalde de Villa del Rosario, Carlos Julio Socha, al explicar las razones por las cuáles él permite vender pólvora en su pueblo, pese al llamado del gobernador Édgar Jesús Díaz Contreras a  los alcaldes, para que no permitan ese comercio.

Con el comentario, Socha se jactó de que en las Ferias y Fiestas de la Uva de Villa del Rosario él quemó pólvora “y no me pasó nada, y ningún niño resultó quemado”.

La permisividad oficial llevó a que una madre del barrio San Gregorio le regalara unas bengalas a su hijo de 7 años Elkin de Jesús Jiménez, quien sufrió serias quemaduras en su mano derecha.

Realmente, el niño no se quemó con el obsequio de su mamá, sino con un artefacto que recogió del suelo el lunes, que aún tenía pólvora y que, al encenderlo, le explotó en la mano causándole lesiones múltiples.

“Mi hijo se quemó ayer (lunes) con un tubito que llaman minifú, porque se puso a jugar con otro niño y recogieron por pura curiosidad esa pólvora, le prendieron un fósforo y se quemó la mano”, comentó la mamá del menor, Nancy Tarazona, luego de que su hijo fuera valorado por especialistas del Hospital Universitario Erasmo Meoz (HUEM).

El aguacero del sábado no permitió a la familia prender las velitas como cada año, por lo que el domingo aprovecharon para iluminar su cuadra. Como también es tradición, otros vecinos quemaron pólvora, lo que puede ser la primera hipótesis del caso.

“A alguna persona no le prendió ese tubo o quemó a la mitad, y los niños, tan curiosos e inquietos que son, lo prendieron, se consiguieron los fósforos y ahí fue cuando se quemó mi hijo; al otro no le pasó nada”, relató la madre.

Aunque reconoció que su acto fue una falta de responsabilidad, señaló que por tratar de divertir a su hijo lo que consiguió fue una Navidad pasada por constantes citas médicas, pues a Elkin de Jesús lo van a operar en el hospital de Cúcuta.

“Sí, estoy arrepentida, porque me doy cuenta de que por más que uno haga el deber de conseguir lo menos riesgoso, todo lo que contenga pólvora es peligroso; espero que esto no me salga tan caro, pues el niño está pidiendo de Navidad una bicicleta y se la vamos a dar con el papá”.

'Que el Gobernador gobierne a su forma'

Con el Decreto 197 del 28 de noviembre de 2013, el alcalde de Villa del Rosario, Carlos Julio Socha, permitió la venta de pólvora en su municipio, al recalcar que, luego de la quietud en el comercio —tras el cierre de la frontera por las elecciones municipales— los rosarienses necesitan emplearse en algo.

“La gente tiene derecho al trabajo, tiene el derecho a comer y a tener un sustento, entonces no le veo el problema”, dijo.

“Cada alcalde es autónomo de tomar estas decisiones, que el gobernador gobierne a su forma y nosotros gobernamos a la nuestra”, recalcó el alcalde Socha.

“Autoricé la venta de chispitas y voladores, que son cosas que no queman a nadie. Pero no autoricé que les vendan pólvora ni a menores ni a borrachos y, si la gente compra pólvora en San Antonio o Ureña (Venezuela), no es culpa mía”, recalcó el alcalde.

Dijo que si no hubiesen expertos en usar pólvora y juegos pirotécnicos, no se habrían podido inaugurar los mundiales de fútbol, explicando su aprobación a la venta en el municipio.

La alcaldía autorizó adecuar cuatro casetas en las que se comercializan juegos pirotécnicos en inmediaciones del corregimiento de La Parada, donde el alcalde asegura que entre cinco y ocho personas se benefician de la venta controlada.

El segundo quemado se registró en el corregimiento de Las Mercedes de Sardinata, donde Nélson Gutiérrez, de 18 años, maniobró de manera equivocada un volador, lo que le significó quemaduras también en su mano derecha.

El director de urgencias del hospital Erasmo Meoz, Hernando Otero, expresó que ambos pacientes fueron remitidos de centros asistenciales de sus localidades.

“La postura del hospital es que ningún adulto debe permitir jamás que un niño pueda maniobra cualquier tipo de pólvora; creemos que debe haber más responsabilidades de los padres de familia”, puntualizó el médico.