Mantienen estrictos controles militares en las trochas fronterizas



A pesar de que ha disminuido notablemente la cantidad de viajeros que tratan de cruzar la frontera colombo-venezolana, que se mantiene cerrada desde el pasado martes,  los militares del Ejército ejercen rigurosos  controles en los  puentes y en las diferentes  trochas, por donde algunas  personas  tratan de entrar o salir del territorio venezolano.
El control del paso de fronteras está  a cargo de militares adscritos a la Brigada de Paracaidistas, del Ejército, proveniente de Maracay,  apoyada por efectivos del Destacamento de Fronteras  número 11 de la  Guardia Nacional.
Los “boina roja”, como la gente nombra a los soldados que vinieron de la capital del estado Aragua para  ejecutar la operación de cierre,  están “regados” en los puentes  internacionales,  en las trochas  y  también  mantienen  puntos móviles de control en la  vía San Antonio-Ureña.
Las comisiones  militares  patrullan y vigilan permanente  los caminos verdes o trochas, en las adyacencias del río Táchira, por donde  algunas personas  tratan de  entrar o salir del país.
Si alguien  es sorprendido  en estos caminos  ilegales es retenido preventivamente  y trasladado hasta  el comando del Destacamento de Fronteras  11 de  la Guardia Nacional,  donde,  luego de verificar  su identidad, es  dejado en libertad o, en algunos casos, devuelto hacia territorio colombiano.
Se conoció que el pasado martes,  primer  día de  cierre de los puentes,  hubo  alrededor de 600 personas  retenidas preventivamente  por  los militares del Ejército, al ser sorprendidas tratando de pasar la frontera por las diferentes trochas, pero horas más tarde fueron liberadas. Las autoridades militares chequean  los  documentos de identidad de los detenidos para  verificar si tienen antecedentes con la justicia, pero al  liberarlos  les entregan la cédula de identidad.
En el punto de control  que se estableció  en la avenida  Venezuela, a una cuadra de la Aduana  Principal de San Antonio,  ya no hay la misma  presión de la gente sobre los militares, para que los dejen pasar por el puente.
Los viajeros están enterados del cierre de la frontera y se abstienen de tratar de  cruzar  por los puentes o deciden probar suerte  por las trochas del río Táchira.  La  avenida Venezuela, tan congestionada  en otros  días, está desolada  y los militares de la Guardia Nacional se observan  más tranquilos.
También se conoció  que,  por  razones  humanitarias,  los militares  han permitido el  paso por  el  puente internacional Simón Bolívar a  mujeres  embarazadas, personas con discapacidad o pacientes que requieren tratamiento médico, siempre que demuestren tal condición. Ese permiso se ha concedido principalmente a viajeros  que se desplazan de territorio venezolano hacia Colombia.

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