Raúl Antonio Durán Pulido - Por el amor de una mujer

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Rosa y Elizabeth B., Antonia V., Luisa R., Amparo A., Carmen y Mercedes R., María H. (omitimos nuestros apellidos por razones obvias) dijo...

Raúl Durán fue quien popularizó en la década de los años 60 el tema de Roberto Carlos, "Mi Cacharrito", que nos enloquecía a las estudiantes del colegio María Inmaculada y de la Academia Gran Colombia de Cúcuta en cada una de las presentaciones que hacía en el teatro parroquial de la antigua casa cural de Villa del Rosario. Llevado por su vocación musical un día nos dejó prendadas de su figura y de su canto a todas las muchachas de entonces e hizo equipaje para irse a trabajar durante muchos años en los centros nocturnos de la populosa ciudad de Caracas. Años después, cuando las que sucumbimos a su arte y a su hechizo de galán vernáculo de carne y hueso estábamos casadas y con hijos, regresó a su amada Villa del Rosario, con el reproche de nuestros maridos a quienes alguna vez cometimos la torpeza de contarles el secreto de nuestro amor platónico, para dedicarse todavía soltero y con menos cabello a la enseñanza de idiomas en la Universidad Francisco de Paula Santander y a la música que es de todas maneras su pasión.

Raúl sigue siendo como entonces una persona sencilla, tímida si se quiere; pero de una gran sensibilidad social, y contrario al concepto que se tiene de todos los músicos él es un abstemio declarado. Lástima que ahora seamos viejas y casadas y que nos hubieramos quedado con las ganas de montar en su cacharro...

Bay... Chao...AAAAAAaaaaaaaaa... Ese cacharrito me gustó.

Un beso para nuestro Roberto Carlos rosariense que sigue siendo nuestro ídolo.

Luis Morales dijo...

Una reflexión para mis hermanos rosarienses.

Dos hermanos, el uno soltero y el otro casado, poseían una granja cuyo fértil suelo producía abundante grano, que los dos hermanos se repartían a partes iguales. Al principio todo iba perfectamente. Pero llegó un momento en que el hermano casado empezó a despertarse sobresaltado todas las noches, pensando: "No es justo. Mi hermano no está casado y se lleva la mitad de la cosecha; pero yo tengo mujer y cinco hijos, de modo que en mi ancianidad tendré todo cuanto necesite. ¿Quién cuidará de mi pobre hermano cuando sea viejo? Necesita ahorrar para el futuro mucho más de lo que actualmente ahorra, porque su necesidad es, evidentemente, mayor q ...ue la mía". Entonces se levantaba de la cama, acudía silenciosamente adonde su hermano y vertía en el granero de éste un saco de grano.

También el hermano soltero comenzó a despertarse por las noches y a decirse a sí mismo: "Esto es una injusticia. Mi hermano tiene mujer y cinco hijos y se lleva la mitad de la cosecha. Pero yo no tengo que mantener a nadie más que a mí mismo. ¿Es justo, acaso, que mi pobre hermano, cuya necesidad es mayor que la mía, reciba lo mismo que yo?".

Un día, se levantaron de la cama al mismo tiempo y tropezaron uno con otro, cada cual con un saco de grano a la espalda.

Muchos años más tarde, cuando ya habían muerto los dos, el hecho se divulgó. Y los ciudadanos decidieron erigir un monumento en el lugar en el que ambos hermanos se habían encontrado.

Los verdaderos adoradores no adoran aquí o allá, sino en espíritu, en verdad y en fraternidad.