Historia de la Parroquía Divino Niño Jesús de Lomitas





Ya desde el año de 1975, años antes, se comenzó a poner las primeras piedras de la que hoy es nuestra parroquia Del Divino Niño. En ese entonces venía a celebrar desde la Parroquia San Pedro Apóstol de la Parada el padre Rigoberto Castrillón. El Padre venía donde don Luis Valenzuela a hacer las primeras misas. De allí surge la idea de hacer una capilla pequeña que llevaba el nombre de San Pedro Apóstol como la de la Parada, sin embargo ese no sería el nombre definitivo. La capilla se construyó. Más adelante fue enviado el Padre Virgilio (sin apellido conocido), quien inventó hacer una torre delantera de la capilla existente. Los colaboradores eran Don Luis Valenzuela, Aquilino Calixto y el Señor Amaya. Posteriormente nos acompañó el Padre Carlos Mendoza como párroco de La Parada, él venía cada 8 días a hacer la misa. El Padre hacía aquí los bautismos, pero para la catequesis de primera comunión y confirmación debíamos ir a la Parada a la Parroquia San Pedro Apóstol a donde pertenecíamos.
El 5 de agosto de 1999, fue exhaltada la labor del padre Antonio Pérez con la entrega de la medalla Francisco de Paula Santander.

Años más tarde fue enviado el Padre Antonio Pérez Ordoñez, el cual llegó en un mes de enero. En esa época estaba sólo la capilla y todo lo demás era potrero, los terrenos eran del municipio.

El Padre Antonio empezó a trabajar y se hicieron las bases del puesto de salud y el resto se consideraba que el resto del lote entre la capilla el puesto de Salud era para la parroquia, con el fin de construir la casa cural y los salones parroquiales.

El Padre Antonio decidió ampliar también la capilla, extendiéndola hacia la carretera; construyó una mejora para la casa cural. El Padre decidió traer una comunidad religiosa: Las Hermanitas de la Anunciación, las cuales llegaron a vivir a la mejora que se había construido. Ellas comenzaron un proceso de evangelización a través de la catequesis, visita a las casas y cuidaban la capilla.

Durante este tiempo se fue construyendo también la actual casa de las hermanitas de la anunciación que era una casa para retiros de la Diócesis y también a la par se construía la Capilla de Ntra. Sra. De las Misericordias.

El Padre decide ponerle nombre a la Capilla de Lomitas y se pensó en San Alberto Magno, pero Monseñor Alberto Giraldo Jaramillo no aceptó y decidió que se llamara Divino Niño Jesús. Fue así como quedó dedicada. Este fue el inicio para una mejor pastoral, se conformó el grupo de Nazarenos, de Catequistas y Legión de María dirigida por la Sra. Mercedes de Fonseca.

Después del Padre Antonio vino el Padre Jairo Cárdenas como párroco y como Vicario el Padre Álvaro Suarez directamente para acá. Se erigió como parroquia y así se inició nuestro propio proceso de evangelización. A los tres meses por razones de salud, el Padre Jairo debió dejar la parroquia y asumió como administrador parroquial el Padre Álvaro Suárez.

Esta devoción al Divino Niño comienza a extenderse por toda la ciudad y los pueblos vecinos y se inician las romerías desde diferentes partes de la ciudad y del vecino país. Las personas no cabían en el templo por lo cual el Padre Álvaro decidió hacer la misa campal tanto la de las 7 a.m. como la de las 6 p.m. En ese entonces se celebraban 8 misas.

El Padre Álvaro, viendo la necesidad de ampliar el templo, inició la campaña para construirlo nuevo y se hicieron planos y maqueta. Posteriormente inició la construcción del que ahora tenemos. Pastoralmente se conformó el EPAP (Equipo Parroquial de Animación Pastoral) que se proponía como la nueva forma de evangelizar. Atendió con mucha dedicación a los pobres que venían de todas partes a reclamar el mercado, se crearon cooperativas y asociaciones con el fin de prestar un mejor servicio social a las personas.

Tristemente un 4 de diciembre de 1998 mientras cumplía su santa misión de visitar a los enfermos, fue interceptado por personas malignas y fue asesinado hacia las 6 p.m.


Después de este grave impase en el que la comunidad quedó tremendamente golpeada y entristecida, al igual que la Diócesis de Cúcuta, por la pérdida de un buen sacerdote, el obispo de ese entonces decidió pedir al Padre Juan Carlos Calderón que asumiera esta parroquia, para que la pastoreara y sacara adelante. El Padre Juan Carlos la asumió y con gran empeño continuó la obra de construcción del templo y de la casa Cural, llevando a término este trabajo tan arduo y hermoso. A la vez terminó de construir la capilla Jesús de Nazaret en Campo Verde, Construyó la Capilla San Juan de la Cruz en Trapiches. Construyó la Parroquia San Ignacio de Loyola en Vista hermosa, la Capilla Beato Padre Marianito Eusse en el barrio Navarro. También construyó escuelas y proyectó otras obras de beneficio para la comunidad, dejando una huella imborrable.

Luego de 8 años de trabajo y dedicación, fue trasladado y vino a sucederlo el Padre Pedro Alejandrino Botello, quien se dedicó a sembrar con su dedicación y entrega, una espiritualidad profunda, basada en la oración y en la búsqueda de la santidad. Después, por último, fue nombrado como párroco en el año 2009 el Padre Carlos Fernando Duarte Ribero quien continúa hasta la fecha y quien se ha dedicado a trabajar en la formación de agentes pastorales y en el fortalecimiento de las estructuras parroquiales, los sectores y los grupos apostólicos, construyendo así comunidad y sembrando la espiritualidad de comunión propia del Plan Global de Nueva Evangelización.

Tomado de www.parroquiadivinoninolomitas.com

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