A Octavio Martinez Acuña


Era liberal y fue un hombre legal
Y terminó sus días, como funcionario Consular;
Se llamaba Octavio como el romano Emperador,
Tal vez, ello le inspiró… para gobernar con tanto ardor,
A la “cuna de Colombia” con la roja Bandera que traspasó fronteras…
He hizo de él: ¡Un eminente Servidor!

Fue un hombre de Familia y enamorado del Rosario,
Que supo lidiar los “Dolorosos” con la hidalguía del Corsario;
También compartió los gozosos en buena lid con sus adversarios
Y como “el buen Caballero repite” fue Alcalde en dos Periodos,
Para marcar la diferencia con trabajo en equipo…
Nos dejó una honda “huella” de Líder, Ciudadano y Empresario.

A Octavio Martinez Acuña, le toca ahora vivir los “Gloriosos”,
Y ser un “Cónsul rosariense” allá en el Cielo;
Donde no se cuentan votos sino las “Buenas Obras”…
Dicen, que infartaste, por falta de Oxigeno;
Pero, entre nosotros seguirá palpitante tu corazón sincero,
Y así se halla eclipsado “el sol de tu destino”, nos cubre aún… ¡Tu benéfica sombra! Compañero.

Autor: Ángel Crüx.

2 Realice Su comentario Aquí:

Anónimo dijo...

La política es el arte de servirse de los hombres haciéndoles creer que se les sirve a ellos. Louis Dumur.

José Angel Rueda dijo...

Ángel, como poeta eres mejor sacamicas.