La medida de cierre de la frontera con Colombia trajo indudablemente muchas consecuencias para la economía de San Antonio del Táchira y Ureña, poblaciones que viven del comercio binacional y del diferencial cambiario que favorecía a los ciudadanos colombianos quienes cruzaban la frontera para comprar los productos en los comercios de Venezuela.
Las ventas en los establecimientos comerciales de San Antonio y Ureña cayeron a un mínimo por ciento y para los propietarios y trabajadores de los establecimientos comerciales no habrá temporada para este diciembre, si persiste el cierre fronterizo hasta diciembre.
A mes y medio de la medida tomada por el presidente Nicolás Maduro de bloquear los pasos fronterizos, en la búsqueda de “poner orden” a la frontera y evitar que los ciudadanos colombianos se llevasen los productos regulados de Venezuela el panorama es desolador, sólo los supermercados tiene compradores cuando hay productos que vender, generándose interminables colas, pero en el resto de los comercios los empleados que quedan se hayan a sus puertas esperando compradores.
Muchos establecimiento no han abrieron desde la medida de cierre, otros han cerrado ante la situación, además de no tener como pagar empleados, pues sus ventas no les da para sostener personal, pues las ventas cayeron en un 80%.
Consultado a comerciantes que aún se mantienen en sus negocios y empresas creen que la situación no va a mejorar en los próximos años, pues consideran que se ha causado un daño irreparable a la economía fronteriza.
Luego del decreto de estado de excepción, el Vicepresidente de la República, Jorge Arreaza, anunció que se realizaría un censo integral para conocer la realidad de las empresas y las condiciones de los trabajadores para “el desarrollo socio-productivo de la frontera”. Así el ministro de Planificación, Ricardo Menéndez, anunció que se crearía un registro para las empresas, pero aún no se ven medidas concretas.
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