Durante el encuentro, en la mitad del puente internacional “Simón Bolívar”, los obispos de las Diócesis de San Cristóbal y de Cúcuta, monseñor Mario Moronta y monseñor Víctor Manuel Ochoa, invitaron a los gobiernos de Venezuela y Colombia a buscar caminos de paz y de entendimiento, ante la situación que se ha generado en la frontera común tras el cierre del paso y la declaratoria del estado de excepción en seis municipios tachirenses, lo cual ha causa la deportación y salida masiva de ciudadanos colombianos que vivían en la franja limítrofe venezolana.
Alrededor del medio día de este viernes, las comitivas, conformadas por los dos obispos y algunos párrocos de las poblaciones limítrofes, se encontraron fraternalmente en la mitad del puente, como signo de de fraternidad, solidaridad y esperanza entre los pueblos venezolano y colombiano. Los máximos representantes de la iglesia católica de Táchira y Cúcuta intercambiaron opiniones y hicieron pronunciamientos abogando por el entendimiento entre los Gobiernos de Venezuela y Colombia.
“Le hago un llamado al presidente Maduro, le hago un llamado al presidente Santos, son amigos, hermanos, hijos de Bolívar, son hijos de Dios, yo les ruego en el nombre del pueblo colombiano y del pueblo venezolano, el que esté de acuerdo o no con ambos presidentes, que se unan y den un gesto de fraternidad, de diálogo y que nos permitan a todos los hombres y mujeres de estos dos grandes países que forman una gran nación, como así lo dibujó Bolívar, vivir en la paz y que podamos resolver los problemas que tenemos”, dijo el obispo Mario Moronta.
Lamentablemente, agregó, cuando se quieren tomar medidas como las que se hicieron, en vez de buscar quizás o conseguir a los grandes responsables de grupos irregulares, pagan siempre los pobres. Por eso la iglesia está siempre al lado de todos los seres humanos, pero de manera especial está al lado de los pobres.
El obispo del Táchira dijo que la Iglesia está contribuyendo en todo lo que se pueda, realizando la oración por los más pobres, que son los que más sufren y pagan las consecuencias de muchas medidas. Quiero hacer un llamado a las autoridades para tres cosas: Uno, aquí hay un encuentro entre las autoridades y las instituciones para que no busquemos una solución, sino que busquemos verdaderamente lo que siempre ha significado esta frontera, que es la reafirmación del encuentro de un pueblo con dos apellidos: Colombia y Venezuela; en segundo lugar, creo que las autoridades de los dos países tienen que hacer el esfuerzo para que aquellas personas con la mala voluntad que tengan de crear situaciones irregulares, etc., sean llevadas a la justicia; y en tercer lugar quiero hacer un llamado a todos, tanto a los colombianos como a los venezolanos, podemos estar sufriendo unos de una manera y otros de otra manera, pero este es un momento para determinar que en medio de las dificultades somos hermanos, por eso a las autoridades, a la gente de a pie, como nosotros, les pido que no haya descalificaciones, el insulto, la descalificación no es propia de cristianos; nosotros somos hermanos, hijos de Dios, unos nacidos en Colombia, otros nacidos en Perú, otros nacidos en Venezuela, otros en China, pero todos somos hijos de Dios.
Por su parte, el obispo de Cúcuta reiteró la invitación al diálogo, “es urgente que nuestros gobernantes se sienten a hablar, directamente, las cabezas, no en medios diplomáticos, ni en medios lejanos sino aquí en este sitio, para que se sienten a hablar y a buscar una solución con gran respeto, con gran dignidad, para ambos pueblos, buscando el beneficio de nuestros ciudadanos, venezolanos y colombianos.
Monseñor Mario Moronta fue a buscar a su homólogo de Cúcuta en donde se separa con alambre a Venezuela y Colombia. Los obispos de las Diócesis de San Cristóbal y de Cúcuta, monseñor Mario Moronta y monseñor Víctor Manuel Ochoa, se reunieron en plena línea fronteriza.
Mensaje del obispo diocesano Mario Moronta
“Condenamos todo exceso en la frontera que vaya contra la dignidad de la persona”
El obispo de la Diócesis de San Cristóbal, monseñor Mario Moronta, mediante un escrito contentivo de ocho numerales, ilumina bíblicamente la inédita situación presentada en las localidades que jurídicamente están dentro de su Diócesis y ante las cuales hace su lectura pastoral, texto dirigido a los sacerdotes, fieles cristianos y personas de buena voluntad.
A juicio de monseñor Moronta, “las medidas tomadas han incluido la deportación de numerosos hermanos colombianos, situación ante la que manifiesta su compasión, solidaridad y misericordia”.
También hace mención a realidades que comprenden conductas irregulares e ilegales -por parte de personas o grupos- en la que se encuentran ciudadanos tanto venezolanos como colombianos, y en las que no se suele buscar a los responsables, lo que causa zozobra no sólo en las áreas fronterizas sino en todo el territorio de ambas naciones.
De igual modo, como pastor de la Iglesia de San Cristóbal, condena todo exceso que vaya contra la dignidad de la persona humana y pide, en nombre de la Iglesia local, que se respeten los derechos humanos de cada quien, cualquiera sea su nacionalidad, condición o credo, pues todos son «Hijos de Dios».
Exhorta también a las autoridades e instituciones a encontrarse, pues solo el encuentro producirá el diálogo constructivo de manera tal que el eje fronterizo Táchira-Norte de Santander, siga siendo uno de los más vivos de Latinoamérica, e invita a no olvidar que “los colombianos y los venezolanos hemos convivido en esta frontera con un gran sentido de fraternidad durante siglos”, además de afirmar que “no podemos negar que numerosos tachirenses tienen vínculos familiares con hombres y mujeres de Colombia”, por lo que cualquier postura xenofóbica no es fraternal.
Por último, ratifica la vocación de servicio de la Iglesia local de San Cristóbal a favor de los más pobres, sin importar su nacionalidad, a ejemplo de los discípulos de Jesús.
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