El temido hurto y ‘plagio’ de motos


Desconocidos hurtaron tres motocicletas Yamaha BWS blancas y adulteraron sus sistemas de identificación para hacerlas pasar como originales. En la imagen aparece la moto legal y las robadas. Todas, con las mismas placas y seriales.


El sorpresivo hallazgo de cuatro motos Yamaha BWS blancas con placas iguales e idénticos códigos alfanuméricos de motor y chasis en Cúcuta tiene hoy a las autoridades judiciales siguiéndole los pasos a al menos una banda dedicada, de tiempo completo, a ‘gemelear’ motocicletas de diferentes marcas. Los malhechores hurtan los rodantes y luego les alteran todos los sistemas de identificación e incluso su documentación. 

Esta modalidad, que no se había detectado en los últimos ocho años con motos del área metropolitana, quedó al descubierto esta semana cuando el propietario de una compraventa de automotores ubicada en la ciudadela Juan Atalaya, encontró en su establecimiento dos motos BWS colombianas con la placa WNP09C, en un hecho que, obviamente, llamó su atención y desencadenó que avisara a las autoridades.

Policías de la Sijín inspeccionaron las motocicletas y determinaron que una era original y legal y la otra falsa. De hecho, esta última aparecía reportada como robada.

¿Cómo llegaron estás motos a un mismo negocio? Según investigadores, por pura coincidencia. Sin embargo, esta posibilidad es un poco remota existiendo en los seis municipios metropolitanos un considerable número de establecimientos dedicados a la compra y venta de diferentes automotores usados. Allegados a la investigación no descartan que en torno al caso haya algún hilo directo que conduzca a los miembros de este tipo de banda delincuencial.

Las incógnitas giraban, inicialmente, en torno a la compraventa y las dos motos. Con el paso de las horas, el problema se agigantó. Otras dos BWS blancas fueron inmovilizadas en el barrio San Fernando del Rodeo y en el vecino municipio de El Zulia. Tenían las mismas placas que las halladas inicialmente: WNP09C, con lo que se suman tres motos hurtadas y plagiadas de una original. En los diferentes operativos fueron capturadas dos personas, quienes, en este momento, son pieza clave en las pesquisas.

Las nuevas motos trajeron consigo nuevas preguntas. ¿Cómo se obtuvo la información de la Yamaha legal? Las indagaciones por ahora no han arrojado una respuesta contundente. Uniformados consideran que salió de alguna base de datos del Estado o, en su defecto, de personas cercanas al propietario de la moto original, o de él mismo, quienes habrían compartido la información sin pensar que caería en los tentáculos de delincuentes.

Frente a estas hipótesis, los propietarios de vehículos y automotores deben mantenerse alertas. Los documentos no se les deben prestar a desconocidos y mucho menos se pueden sostener negocios con cualquier comprador o vendedor que se le acerque. 

Los medios de transportes, en especial los que son más comerciales, están en la mira de una muy bien confeccionada organización delincuencial que hurta, regraba motores y chasises. Y, a estas alturas, no se puede cerrar la puerta a la posibilidad de que en las calles ruede un sinnúmero de motos originales con sus gemelas.

En Cúcuta y su área metropolitana fueron reportadas como hurtadas, desde enero hasta el pasado 22 de julio de este año, unas 320 motocicletas. La cifra revela que casi dos motos diarias están en peligro de ir a parar a las manos de atracadores. También están en riesgo de que, obviamente, sean adulterados sus sistemas de identificación para venderlas a personas incautas.

Agentes de la Policía sostuvieron que existe una probable explicación a la existencia de las tres motos robadas con las mismas identificaciones. “Los delincuentes, en su afán de economizar gastos, están empleando las herramientas que ya tienen creadas. 

Por ejemplo, los troqueles con los que se crean las placas falsas de número WNP09C”, sostuvo un patrullero de la Policía perteneciente al área de automotores.

El declarante además se aventuró a considerar que los integrantes de la banda, tras cometer el robo, pueden tardar por lo menos dos días en regrabar un motor, un chasis, conseguir la nueva placa y falsificar la documentación que permitirá sacar el producto nuevamente al mercado local.

Los compradores finalmente terminan siendo estafados porque no someten la moto a una minuciosa revisión en la Sijín, sobre la avenida Camilo Daza, tan solo verifican vía internet los datos en el Registro Único Nacional de Tránsito (RUNT), donde, por supuesto, aparecerán los datos del vehículo que fue plagiado.

“Las personas del común no alcanzan a  diferenciar si la licencia o documento de propiedad de la moto es original. Eso también ayuda a que sean estafados”, precisó el mencionado patrullero.

Las autoridades le siguen los pasos a una banda de delincuentes que se dedica al hurto de motos y a la adulteración de sus sistemas de identificación (placa y números de moto y chasis) para, luego, venderlas como originales y legales. 


Recomendaciones



Si va a comprar una motocicleta usada, llévela a la sijín 

de la Policía, sobre la avenida Camilo Daza, para que investigadores verifiquen si los sistemas de identificación son originales.

No deje los documentos de la motocicleta en manos extrañas, los pueden fotografiar o fotocopiar para usarlos en motos robadas.

Analice bien a quién le va a comprar la moto de segunda. Sospeche de una moto ofertada a bajo precio.

Legalice los documentos de compra o venta en una notaría.

No deje su moto abandonada sobre una vía pública y evite pasar por sitios solitarios y oscuros.
Tomado de La Opinión

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