Profesor será condenado por muerte del arquitecto Italo Alterio Basso


Italo Alterio Basso trabajaba en la Dirección Ejecutiva de Corpatrimonio y a su vez en el Museo Casa Natal General Francisco de Paula Santander, en Villa del Rosario. Su muerte produjo gran consternación en el sector cultural regional y nacional.
El docente Jairo Edmundo Ramón Carvajal, involucrado en el accidente que cobró la vida del arquitecto Italo Alterio Basso, ocurrido el 26 de marzo de 2009, será condenado en los próximos días por homicidio culposo.

Así lo dio a conocer ayer el  Juzgado Tercero Penal del Circuito de Cúcuta tras hallarlo responsable del delito que le imputó la Fiscalía, pese a los argumentos que alegó la defensa del educador, como lo fue una limitación visual que tenía la víctima.

El accidente ocurrió en el barrio San Eduardo, hacia las 11:00 de la mañana, frente a la Fundación Mario Gaitán Yanguas, de donde Alterio Basso, de 76 años, habría salido y cruzado la vía, hacia el carril contrario donde frecuentemente  estacionan vehículos, ante la falta de andén. 

Mientras esperaba, y en cuestión de segundos, Alterio Basso fue atropellado por Ramón Carvajal, quien daba reversa en una camioneta Terios, placa VCG-16L, color azul.

El profesor inicialmente se dio a la fuga, pero posteriormente el automotor fue ubicado por la Policía dentro de las instalaciones del colegio Inem, a escasos metros de distancia.

El arquitecto, padre de cuatro hijos, fue llevado al Hospital Universitario Erasmo Meoz, donde lo atendieron los médicos de urgencias. Sin embargo, a consecuencia de las contusiones y traumas generales falleció a la 1:35 de la tarde.

Para la Fiscalía, aunque no se pudo detectar la velocidad con la que retrocedía el automotor, puesto que ni siquiera hubo huella de frenado, una farola trasera averiada fue evidencia del violento golpe, además del sonido que produjo el fuerte impacto.

Peritos de Medicina Legal evidenciaron que el arquitecto recibió un golpe lateral posterior en las costillas y tras caer al piso se golpeó la frente. Para el ente investigador,  Alterio Basso no tuvo oportunidad de reaccionar y Ramón Carvajal habría actuado con imprudencia. 

El Juzgado argumentó que el conducir es una actividad altamente peligrosa y más dando reversa. Por tanto, se debe tener el doble de cuidado y no obra como excusa que existan puntos ‘ciegos’ o ‘muertos’ que el chofer no pudiera detectar por los espejos retrovisores en la maniobra.

“Al desplazarnos hacia atrás el cuidado debe ser mayor… Los ‘puntos muertos’ nos obligan a duplicar nuestro esfuerzo… tenemos que mirar con detenimiento”, señaló el Juzgado en su intervención.

Por estos hechos, Ramón Carvajal podría ser condenado a 32 meses, aunque su defensa tiene derecho a apelar dicha sentencia de carácter condenatorio. 

La víctima

En aquel entonces, Italo Alterio Basso, se encontraba a cargo de la Dirección Ejecutiva de Corpatrimonio y a su vez del Museo Casa Natal General Francisco de Paula Santander, en Villa del Rosario.

Italo Alterio Basso nació en Colombia pero fue criado en Italia. Por cuestiones de la guerra, su familia tuvo que regresar nuevamente a Norte de Santander, donde se establecieron definitivamente.

Se graduó como profesional en la Universidad Javeriana en Bogotá y se especializó en Europa. Se destacó como una de las personas más conocedoras del patrimonio material e inmaterial de Norte de Santander y desde su posición como Consejero Departamental de Cultura orientó y asesoró al departamento en varias oportunidades.

Sus logros incluyeron la actualización y renovación de la Casa Natal del General Santander, el establecimiento dentro del Plan de Desarrollo Departamental de un componente dedicado a la formación y conservación de las obras representativas del acervo patrimonial del Departamento e intervino como especialista en la recuperación y sostenibilidad de monumentos claves en los municipios de Pamplona,Villa del Rosario, Cúcuta y Ocaña. 

Su muerte produjo gran consternación en el sector cultural, regional y nacional, donde era respetado y reconocido por su calidez humana, su invaluable aporte a la cultura del departamento y su entrañable compromiso con la memoria de los nortesantandereanos.
Tomado de La Opinión

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