‘Robocop’ perdió la mano y usa la prótesis que hizo


Aunque su accidente ocurrió hace 38 años, Rubén Darío Moreno aún sufre del miembro fantasma, aún siente que le rascan los dedos y a veces cree que puede alcanzar las cosas de manera normal. Pero de lo que también sufre es de hiperactividad e inventiva, pues no concibió pasar la vida sin un brazo y se fabricó uno de fibra de vidrio que le permite hacer todo de manera normal.

Así transcurre la vida de este hombre de 56 años, quien desde los 9 llegó a Villa del Rosario, donde es conocido como ‘Robocop’. Así le dicen los vecinos de cariño, pues con el gancho que hace las veces de una mano, es capaz de saludar, de sujetar un pocillo y de manejar una moto, entre otras.

Declarado un amante de los experimentos, desde niño, en el Colegio General Santander de Villa del Rosario, empezó a hacer más preguntas de los normal, al punto de crear tinta china; superado ese reto investigó procedimientos químicos, pero la reacción de una mezcla entre clorato de potasio y azufre reaccionó, lo que ocasionó una explosión que le afectó el brazo y el ojo izquierdo.

Este reparador y vendedor de baterías para carro, creó en lo que llama ‘el laboratorio’ de su casa una motocicleta que no expele humo, no hace ruido y se carga como un teléfono celular.

“Tengo la convicción de que un mundo mejor es posible; yo lo que hago es atreverme a hacer lo que la mayoría de la gente no hace. Yo no soy estudiado, pero me encanta todo lo que tiene que ver con experimentos, con el conocimiento de la física, la química y la filosofía. Me leí las biografías de Thomas Alva Edison y del experto en ciencia ficción, Julio Verne”, comentó Rubén Darío, esposo y padre de tres hijos.

Solo con el movimiento de su espalda abre el gancho, aprieta libros y arranca su motocicleta, con la que busca crear una manera de transportarse sin contaminar el medio ambiente. Su creación consta de baterías pequeñas que le permiten correr hasta 40 kilómetros por hora. También ha creado estructuras eólicas de purificación de aguas, que funcionan con la fuerza del viento y actualmente está mejorando una bicicleta con cupo a un costado para dos pasajeros.

“Lo que no he podido hacer es regular los tiempos de la moto, estoy trabajando en eso y es un proyecto que quiero lograr con la ayuda de algún experto o de alguna universidad, para que me asesoren de qué manera se puede hacer...pero está demostrado que todo se puede lograr”, comentó ‘Robocop’, el inventor más rústico de la zona, quien actualmente lee los textos ‘Sueño reparador’ y ‘Seis reflexiones marginales’.

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