Puentes internacionales, en cuidados intensivos



A principios del mes pasado los cancilleres de Colombia y Venezuela, María Ángela Holguín y Elías Jaua, confirmaron el restablecimiento de las relaciones bilaterales entre ambos gobiernos con un importante anuncio para la zona fronteriza del estado Táchira y Norte de Santander. Según los diplomáticos, ambos países se comprometieron a acelerar los estudios para la construcción del puente de Tienditas, que costaría cerca de 35 millones de dólares y estaría ubicado entre los sectores de Villa Silvania (Cúcuta) y Tienditas (Ureña).

Así, mientras los mandatarios liman sus diferencias políticas anunciando millonarias inversiones en infraestructura de última tecnología para beneficiar el intercambio comercial, en la frontera los habitantes de Ureña, San Antonio, La Parada y El Escobal recuerdan como los actuales puentes que comunican a ambas regiones han funcionado por años, con sus viejas estructuras, sin recibir un reacondicionamiento correspondiente al uso que se les da.

Teresa Barragán es una venezolana de 42 años que vive en Ureña pero trabaja en Cúcuta, por lo que diariamente debe usar, mínimo dos veces, el puente internacional Francisco de Paula Santander. “La verdad a uno le da miedo a veces pasar por el puente porque siente que la estructura ya está muy vieja. Además se han robado varias lámparas y otras están que se caen”, sostuvo ayer por la mañana mientras cruzaba de regreso.

Como esta venezolana opinaron varias de las personas consultadas ayer sobre el estado de los pasos internacionales. Sin distinguir nacionalidad, todos coincidieron en afirmar que los puentes representan un riesgo tanto para conductores como para transeuntes, pues sobre el asfalto de ambas estructuras abundan las grietas; y las barandas, metálicas o en cemento, se las han robado o están cayéndose a pedazos.

Al puente internacional Simón Bolívar, que comunica a San Antonio con Villa del Rosario y Cúcuta, le faltan varias de las barandas en tubo que protegen a las personas de no resbalar por los costados. Muchos prefieren bajarse a la carretera y exponerse a ser arrollados antes que aventurarse a soportar los empujones del viento. 

Del otro lado, el puente internacional Francisco de Paula Santander amenaza con soltar varias de las lámparas de alumbrado público, que cuelgan de un par de cables y que podrían ocasionar un accidente lamentable.

En alguna ocasión, los entonces presidentes Andrés Pastrana y Hugo Chávez pactaron un acuerdo para intervenir ambos viaductos pero lastimosamente no trascendió del papel.

No obstante, los habitantes de ambos lados de la frontera mantienen las esperanzas en que las intenciones de ambos presidentes por restablecer las relaciones alcancen también para estos dos puentes.

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