Las remesas familiares, ¿ayuda o negocio?



El envío de remesas internacionales a Colombia se ha convertido en un negocio que el Gobierno venezolano conoce, pero que no ha querido intervenir porque también sabe que es el sustento de miles de familias.

Recientemente los Consejos Comunales, especialmente los de la frontera, pidieron al gobernador Vielma Mora que tomara parte en el asunto que ellos calificaron como un “desangre” para el país.

Sin embargo, Ricardo Sanguino, diputado por el Táchira a la Asamblea Nacional y quien preside la Comisión de Finanzas de esa corporación legislativa, habría dicho que las remesas han existido toda la vida pero que es ahora cuando se masificaron al convertirse en una ayuda, no para el destinatario, sino para el remitente debido a la relación peso-bolívar.

Requisitos

Uno de los beneficiarios que esperaba su turno en la casa de cambio que está cerca de la residencia de gobernadores, contó que se arma una carpeta con los documentos que son enviados a Cadivi, y se diligencia el Registro Rusad a través de la página de Cadivi, y finalmente esperan la cita que es enviada al correo del beneficiario.

Las colas se forman desde las 6:00 de la mañana o antes, y cientos de personas se agolpan a las puertas de la agencia para el envío de la remesa. A la espera de ser llamados hay quienes, según testimonios, están todo el día o deben regresar al día siguiente; depende en mucho de factores externos, como que no falle la luz o no se caiga el sistema.

La norma legal dispone que hay que establecer el lugar de residencia de quien envía y su actividad  laboral, el parentesco entre el remitente y el destinatario que son ascendentes o descendientes directos, esto es  padres o  hijos; asimismo y mediante documento autenticado por la autoridad consular venezolana hay que certificar la dirección del destinatario.

El remitente solicita los cupos que necesite y tras la conformación de los datos por Cadivi, se determina si los documentos están en regla, de ser así la persona tiene derecho a una o más remesas por valor de 300 dólares cada uno.

Esos 300 dólares tienen en Cadivi un costo de 1890 bolívares, y por esos 300 dólares se reciben unos $520.000, que al cambiarlos nuevamente a bolívares representan unos 7000 bolívares fuertes, lo que a la persona le representa una ganancia de poco más de 5000 bolívares. 

Son muchas las personas que hacen los envíos para ayudar a sus familias, pero la inmensa mayoría lo hace por el elevado porcentaje de ganancia.

El negocio es recibir la remesa en pesos y nuevamente convertir el dinero en  bolívares. Hay personas que envían hasta tres remesas al mes, lo que significa una utilidad superior a los 15000 bolívares mensuales, aproximadamente seis salarios mínimos.

Gerardo Ramírez y Eglys Zambrano son dos colombianos con años de residencia en Venezuela y desde hace un tiempo están enviando las remesas familiares. 

“Yo le mandaba a una hija que está estudiando pero ya se graduó  como administradora de empresas; con las remeses le ayude para que obtuviera su herramienta de trabajo y ya está bien ubicada. Como ya no necesita ahora me ayudo yo, porque la situación en Venezuela, donde vivo desde hace más de 25 años, es muy difícil”, dijo Ramírez   

Eglys Zambrano manifestó que le enviaba a dos hijos; “uno ya está trabajando y me dijo que él se encargaba de su hermana, pero yo le sigo mandando hasta que se gradúe”.      

Ambos trabajaron en Venezuela durante mucho tiempo, como miles de colombianos, y consideran que con sus aportes han ayudado al progreso del vecino país, que hoy atraviesa una de sus peores crisis económicas.

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