Condena de 21 años para el homicida de Néstor Pacheco



El homicidio se consumó un viernes a las 6:30 de la noche al interior del exclusivo club Tennis. En el SPA del establecimiento se escucharon primero dos disparos, pasado un instante dos proyectiles más impactaron el cuerpo del abogado, ocasionándole la muerte.

De acuerdo con la versión de un familiar de la víctima “Néstor y Jonathan estaban discutiendo”. La razón del enfrentamiento nunca salió a la palestra pública. Sin embargo, en esa época La Opinión conoció que el homicidio se habría originado porque hubo un abuso de confianza por parte de la víctima.

“Socios del club señalaron que el problema inició una semana antes por una toalla que, al parecer, Jonathan tenía y en un descuido habría tomado Pacheco, lo que generó el altercado, del cual, sobrevino una acalorada discusión”, reza la página judicial de este diario, publicada tres días después del incidente.

También se ventiló la idea de que Pacheco amagó con sacar un arma, lo que produjo la reacción inmediata de Jonathan, circunstancia que este utilizó en un principio para no aceptar su culpabilidad.

Condena de 21 años para homicida de Néstor Pacheco
El revólver que legalmente portaba Jonathan Enrique Vélez Tabares el 28 de enero del año pasado, día que asesinó a Néstor Javier Pacheco, dejó de ser su instrumento de defensa para convertirse en su tormento.

Aquella arma de marca Llama, calibre 38, que adquirió para cuidarse en caso de sufrir un ataque delictivo durante el desarrollo de sus labores como cambista, es la misma que lo privará de la libertad, en una cárcel de la penitenciaría de Cúcuta, durante los próximos 21 años y ocho meses.

La sentencia fue proferida por el Juzgado Segundo Penal del Circuito con Funciones de Conocimiento, al conocer de parte de la Fiscalía que dicho revólver se disparó en cuatro ocasiones para segar la vida de Pacheco, exsecretario del Gobierno de Villa del Rosario.

El homicidio se consumó un viernes a las 6:30 de la noche al interior del exclusivo club Tennis. En el SPA del establecimiento se escucharon primero dos disparos, pasado un instante dos proyectiles más impactaron el cuerpo del abogado, ocasionándole la muerte.

De acuerdo con la versión de un familiar de la víctima “Néstor y Jonathan estaban discutiendo”. La razón del enfrentamiento nunca salió a la palestra pública. Sin embargo, en esa época La Opinión conoció que el homicidio se habría originado porque hubo un abuso de confianza por parte de la víctima.

“Socios del club señalaron que el problema inició una semana antes por una toalla que, al parecer, Jonathan tenía y en un descuido habría tomado Pacheco, lo que generó el altercado, del cual, sobrevino una acalorada discusión”, reza la página judicial de este diario, publicada tres días después del incidente.

También se ventiló la idea de que Pacheco amagó con sacar un arma, lo que produjo la reacción inmediata de Jonathan, circunstancia que este utilizó en un principio para no aceptar su culpabilidad.

Homicidio agravado
Al siguiente día del crimen se llevó a cabo la audiencia preliminar de legalización de su captura, formulación de imputación e imposición de medida de aseguramiento.

A Vélez Tabares se le imputó, pese a que no se allanó a cargos, el delito de homicidio agravado. La Fiscalía aseguró que su actuación puso a “la víctima en situación de indefensión o inferioridad o aprovechándose de esta situación”.

Pese a que su abogado, Maximino Rincón, alegó que Jonathan padecía una hernia discal que requería tratamiento y una cama especial se le negó la casa por cárcel y fue a parar al instituto penitenciario de la ciudad.

El proceso judicial siguió caminando y ocho meses después quedó en firme la condena. Vélez Tabares aceptó su culpabilidad y llegó a un preacuerdo con la Fiscalía evitándose debatir su actuación criminal en un engorroso y extenso juicio.

“Consagra la ley la facultad para el imputado o procesado de renunciar a ser vencido en juicio, siempre y cuando tal renuncia se exprese de manera libre (….), a fin de que el proceso termine anticipadamente con sentencia condenatoria”, reza el documento proferido por el juzgado.

Su decisión también evitó dar a conocer, en audiencia pública, los pormenores que lo motivaron a disparar en repetidas ocasiones el revólver modelo Cassidy.

Las primeras balas pegaron “debajo de la tetilla derecha. Salí corriendo a pedir auxilio y luego oí otros dos disparos. Vi cuando Jonathan Vélez abandonaba el lugar”, aseguró un testigo.

La misma persona confirmó a las autoridades que una joven también presenció el instante en que “sacó un arma de fuego y le disparó a menos de un metro de distancia”.

Tras el atentado, el testigo colaboró para evitar la huida de Vélez Tabares, hasta que llegó uno de los vigilantes del club, quien lo retuvo para entregarlo a la Policía.

Los uniformados de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) se enteraron del caso por una llamada al 123. En ella se manifestaba lo sucedido, cuando aún se escuchaban los gritos de la gente preocupada y angustiada.

Pacheco fue trasladado a una clínica de la ciudad para ser auxiliado, pero llegó sin signos vitales.

Unidades del CTI de la Fiscalía practicaron el levantamiento del cuerpo sin vida, que fue trasladado a la morgue del Instituto de Medicina Legal, y se apersonaron del revólver -con capacidad para seis proyectiles- del que se accionaron cuatro balas”.

Los protagonistas

La noticia del homicidio rápidamente se difundió por toda Cúcuta, dejando en el ojo del huracán a dos reconocidas familias de la ciudad.

En una esquina el hijo del, en ese entonces, contralor de Cúcuta Néstor Pacheco.

La víctima era un profesional del derecho. Néstor Javier Pacheco, asesinado a sus 33 años de edad, soltero, se desempeñó como secretario de Gobierno de Villa del Rosario.

En el otro extremo se ubicó el primo del expresidente del Concejo, Julio César González. El asesino Jonathan Vélez, de 24 años, se desempeñaba como cambista en negocios familiares.

Tomado de la Opinión

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