“Sin los gaviones vamos a desaparecer”
Como una pesadilla que no tiene fin, así describen los habitantes de La Playa el calvario que tienen que padecer cada vez que arrecian las lluvias y el río Táchira se desborda arrasando con todo a su paso.
El problema que deben afrontar las 78 familias se debe a la ausencia de un tramo de los gaviones que les protegían de las aguas.
Con las lluvias caídas en la pasada temporada invernal, cuyo mes de diciembre presentó las precipitaciones más severas, los gaviones colapsaron, dejando un boquete de más de 200 metros por el cual las aguas del río Táchira corren sin control.
“Desde finales del año pasado estamos en esta situación. Yo perdí mi casa en el mes de diciembre y aún sigo sin poderme ubicar en un nuevo hogar”, comenta Ana Diva Prado de 63 años.
En La Playa, sector por el que a diario se mueve gran parte del comercio informal que caracteriza a esta zona del municipio de Villa del Rosario, los habitantes prenden velas al cielo para que no llueva.
“En la época de semana santa todos sabemos que las lluvias se hacen más fuertes y constantes y es precisamente eso lo que estamos temiendo, que con una nueva temporada invernal todo este sector desaparezca”, señaló Ana Diva.
La madrugada del jueves, promediando las 2:00 de la mañana, todos los vecinos del sector empezaron a escuchar el rugido del agua cada vez más fuerte y cercano. De pronto, el nivel del río se incrementó y en minutos las aguas del río Táchira se abrían paso por donde alguna vez lo hacían carros, motos y bicicletas. Lo que antes fue una calle pasó a ser un brazo del río.
Con los zapatos embarrados y el agua amenazante recorriendo sus calles, los habitantes de La Playa hicieron una súplica a la alcaldesa de Villa del Rosario Emperatriz Misse Millán: “sólo queremos que terminen de construir los gaviones. Una vez eso esté listo todo volverá a la normalidad. El problema es que vienen, trabajan dos días y se van porque, supuestamente, no consiguen mallas. Como están las cosas no podemos esperar un día más”.
En declaraciones recientes a este medio, la alcaldesa ha confirmado el compromiso de su administración con el arreglo de los gaviones en el sector afectado, pero también pidió tiempo para conseguir las mallas que son indispensables en el trabajo que se requiere y que, según ella, no han podido conseguirse ni en Cúcuta, Bucaramanga y municipios venezolanos fronterizos.
‘Vivo arrimada en la casa de un vecino’
Ana Diva Prado, quien lo perdió todo en diciembre, vive en una pequeña pieza que un vecino suyo, propietario de la casa que se destruyó por la fuerza de las aguas y en la que ella pagaba arriendo, le cedió dentro de su propio hogar.
“Él me tendió la mano y me abrió un huequito en su casa. Yo quedé sin nada, sola con dos hijos, uno de los cuales sufre una limitación mental. Ahí nos arrinconamos los tres con lo que pudimos salvar del río Táchira. Mi hijo mayor trabaja en San Antonio y es el que sostiene la casa pues yo debo estar pendiente de mi hijo menor que no se puede valer por sí mismo”.
Ana Diva reconoce que la administración municipal le ha colaborado en un par de ocasiones con mercados, pero no ha recibido el subsidio de arriendo prometido a los afectados y mucho menos ha sido beneficiara de una vivienda de interés social.
“Quisiera que la alcaldesa me ayudara con una casita, bien sea para tomarla en arriendo o para que me la regalara. No puedo seguir incomodando a mi vecino ni viviendo en hacinamiento con mis hijos”, afirmó Ana Diva.
Corponor se pronuncia
La Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental, sostuvo que se han venido adelantando reuniones con el fin de socializar lo referente a los ajustes de los Esquemas de Ordenamiento Territorial, en especial al componente de riesgo, para dar cumplimiento a lo establecido en el decreto 141 de enero de 2011.
Lo que se pretende es que los alcaldes tomen conciencia de la necesidad que existe en algunas zonas de tomar medidas urgentes para evitar futuras catástrofes. Una de las zonas que requiere un cuidado especial, por los antecedentes que se han presentado, es la que hoy sufre los embistes del río Táchira en La Parada.
Es urgente que se analice la situación con las autoridades municipales y así se puedan iniciar las acciones que conlleven a una solución definitiva en la zona de La Parada.
Como una pesadilla que no tiene fin, así describen los habitantes de La Playa el calvario que tienen que padecer cada vez que arrecian las lluvias y el río Táchira se desborda arrasando con todo a su paso.
El problema que deben afrontar las 78 familias se debe a la ausencia de un tramo de los gaviones que les protegían de las aguas.
Con las lluvias caídas en la pasada temporada invernal, cuyo mes de diciembre presentó las precipitaciones más severas, los gaviones colapsaron, dejando un boquete de más de 200 metros por el cual las aguas del río Táchira corren sin control.
“Desde finales del año pasado estamos en esta situación. Yo perdí mi casa en el mes de diciembre y aún sigo sin poderme ubicar en un nuevo hogar”, comenta Ana Diva Prado de 63 años.
En La Playa, sector por el que a diario se mueve gran parte del comercio informal que caracteriza a esta zona del municipio de Villa del Rosario, los habitantes prenden velas al cielo para que no llueva.
“En la época de semana santa todos sabemos que las lluvias se hacen más fuertes y constantes y es precisamente eso lo que estamos temiendo, que con una nueva temporada invernal todo este sector desaparezca”, señaló Ana Diva.
La madrugada del jueves, promediando las 2:00 de la mañana, todos los vecinos del sector empezaron a escuchar el rugido del agua cada vez más fuerte y cercano. De pronto, el nivel del río se incrementó y en minutos las aguas del río Táchira se abrían paso por donde alguna vez lo hacían carros, motos y bicicletas. Lo que antes fue una calle pasó a ser un brazo del río.
Con los zapatos embarrados y el agua amenazante recorriendo sus calles, los habitantes de La Playa hicieron una súplica a la alcaldesa de Villa del Rosario Emperatriz Misse Millán: “sólo queremos que terminen de construir los gaviones. Una vez eso esté listo todo volverá a la normalidad. El problema es que vienen, trabajan dos días y se van porque, supuestamente, no consiguen mallas. Como están las cosas no podemos esperar un día más”.
En declaraciones recientes a este medio, la alcaldesa ha confirmado el compromiso de su administración con el arreglo de los gaviones en el sector afectado, pero también pidió tiempo para conseguir las mallas que son indispensables en el trabajo que se requiere y que, según ella, no han podido conseguirse ni en Cúcuta, Bucaramanga y municipios venezolanos fronterizos.
‘Vivo arrimada en la casa de un vecino’
Ana Diva Prado, quien lo perdió todo en diciembre, vive en una pequeña pieza que un vecino suyo, propietario de la casa que se destruyó por la fuerza de las aguas y en la que ella pagaba arriendo, le cedió dentro de su propio hogar.
“Él me tendió la mano y me abrió un huequito en su casa. Yo quedé sin nada, sola con dos hijos, uno de los cuales sufre una limitación mental. Ahí nos arrinconamos los tres con lo que pudimos salvar del río Táchira. Mi hijo mayor trabaja en San Antonio y es el que sostiene la casa pues yo debo estar pendiente de mi hijo menor que no se puede valer por sí mismo”.
Ana Diva reconoce que la administración municipal le ha colaborado en un par de ocasiones con mercados, pero no ha recibido el subsidio de arriendo prometido a los afectados y mucho menos ha sido beneficiara de una vivienda de interés social.
“Quisiera que la alcaldesa me ayudara con una casita, bien sea para tomarla en arriendo o para que me la regalara. No puedo seguir incomodando a mi vecino ni viviendo en hacinamiento con mis hijos”, afirmó Ana Diva.
Corponor se pronuncia
La Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental, sostuvo que se han venido adelantando reuniones con el fin de socializar lo referente a los ajustes de los Esquemas de Ordenamiento Territorial, en especial al componente de riesgo, para dar cumplimiento a lo establecido en el decreto 141 de enero de 2011.
Lo que se pretende es que los alcaldes tomen conciencia de la necesidad que existe en algunas zonas de tomar medidas urgentes para evitar futuras catástrofes. Una de las zonas que requiere un cuidado especial, por los antecedentes que se han presentado, es la que hoy sufre los embistes del río Táchira en La Parada.
Es urgente que se analice la situación con las autoridades municipales y así se puedan iniciar las acciones que conlleven a una solución definitiva en la zona de La Parada.
Tomado de la Opinión
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puros platerosss.......
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