El barro colmató los dos desarenadores del acueducto de Villa del Rosario, que están a pocos metros del punto de captación, lo que ha impedido llevar por gravedad el agua hasta la planta de tratamiento. La planta de tratamiento de Villa del Rosario está seca y no hay ni gota de agua para los 80.000 habitantes del municipio histórico.
No se pueden captar del río Táchira los 300 litros por segundo porque la bocatoma y los desarenadores están colmatados de barro.
El agua no se ha podido llevar, en un recorrido de 8 kilómetros, por tubería de 14 pulgadas, hasta los filtros de tratamiento y potabilización en el barrio Gran Colombia, en la parte alta de la localidad.
En consecuencia no se están produciendo los 150 litros por segundo de agua que consumen los 16.000 suscriptores del acueducto.
No hay capacidad de almacenamiento y como no se está captando la sequía es total, según el gerente de la empresa Industrial y Comercial de Servicios Públicos Domiciliarios de Villa del Rosario (Eicviro), Sergio Alberto Díaz Pulido.
Además de la alta turbidez existe el peligró de desbordamiento del río en la margen izquierda, lo que dañaría la bocatoma y los dos desarenadores.
Ayer el gerente y el jefe de la división comercial, Miguel Lizcano Tarazona, inspeccionaron los trabajos de limpieza que desarrollan los obreros de la empresa en el punto de captación.
La cuadrilla debió desviar parte del agua que entra al brazo que surte el sistema, para evitar que entre todo el caudal y el agua golpee de frente la captación.
Los técnicos esperan que baje la turbulencia y deje de llover en el páramo El Táma, donde nace el río Táchira, para tratar de meterle agua al sistema “porque se necesita superar en algo la emergencia”, según Díaz Pulido.
Si continúa lloviendo en la parte alta, habría que declarar la emergencia sanitaria, sentenció el funcionario.
Explicó que de no mejorarse la situación sería insuficiente cualquier plan de contingencia que se aplique, por la imposibilidad de surtir de agua en carros cisterna una población tan numerosa.
Además, porque el acueducto de Cúcuta también tiene dificultades para potabilizar el agua, de donde se surte un sector de Villa del Rosario.
La declaratoria de la emergencia permitiría lograr recursos del Gobierno Nacional, que se requieren para construir un sistema de captación más moderno y que no esté amenazado de manera permanente por las crecientes del Táchira, dijo finalmente Alberto Díaz.
No se pueden captar del río Táchira los 300 litros por segundo porque la bocatoma y los desarenadores están colmatados de barro.
El agua no se ha podido llevar, en un recorrido de 8 kilómetros, por tubería de 14 pulgadas, hasta los filtros de tratamiento y potabilización en el barrio Gran Colombia, en la parte alta de la localidad.
En consecuencia no se están produciendo los 150 litros por segundo de agua que consumen los 16.000 suscriptores del acueducto.
No hay capacidad de almacenamiento y como no se está captando la sequía es total, según el gerente de la empresa Industrial y Comercial de Servicios Públicos Domiciliarios de Villa del Rosario (Eicviro), Sergio Alberto Díaz Pulido.
Además de la alta turbidez existe el peligró de desbordamiento del río en la margen izquierda, lo que dañaría la bocatoma y los dos desarenadores.
Ayer el gerente y el jefe de la división comercial, Miguel Lizcano Tarazona, inspeccionaron los trabajos de limpieza que desarrollan los obreros de la empresa en el punto de captación.
La cuadrilla debió desviar parte del agua que entra al brazo que surte el sistema, para evitar que entre todo el caudal y el agua golpee de frente la captación.
Los técnicos esperan que baje la turbulencia y deje de llover en el páramo El Táma, donde nace el río Táchira, para tratar de meterle agua al sistema “porque se necesita superar en algo la emergencia”, según Díaz Pulido.
Si continúa lloviendo en la parte alta, habría que declarar la emergencia sanitaria, sentenció el funcionario.
Explicó que de no mejorarse la situación sería insuficiente cualquier plan de contingencia que se aplique, por la imposibilidad de surtir de agua en carros cisterna una población tan numerosa.
Además, porque el acueducto de Cúcuta también tiene dificultades para potabilizar el agua, de donde se surte un sector de Villa del Rosario.
La declaratoria de la emergencia permitiría lograr recursos del Gobierno Nacional, que se requieren para construir un sistema de captación más moderno y que no esté amenazado de manera permanente por las crecientes del Táchira, dijo finalmente Alberto Díaz.
Tomado de la Opinión
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