Pesimismo por el comercio con Venezuela

Aunque los empresarios colombianos y venezolanos quieren hacer negocios, las amenazas comerciales del presidente Hugo Chávez, limitan cada vez más ese propósito. Este año no serán exportados más de 4.800 millones de dólares, frente a los 6.000 millones de los últimos años.
Los negocios con Venezuela disminuirán este año más de 20 por ciento. “Si hubiera retaliaciones comerciales es de esperar que ese porcentaje se aumente por encima del 20 por ciento”, aseguró Magdalena Pardo, presidente de la Cámara colombo-venezolana.
Las transacciones entre los dos países se cancelan a través del dólar preferencial, Cadivi, o de la compra de bonos de deuda del Gobierno. “La relación entre el exportador colombiano y el importador venezolano es mucho más libre y es una relación entre privados que no tendría por qué afectarse”, señaló Pardo.
El sector automotor y el de alimentos que necesitan licencia del Gobierno, serían los más afectados. “En esos casos el Gobierno otorga licencias, cuotas de importación, en ese caso deben haber temas donde el Gobierno restrinja ese acceso”, afirmó el presidente de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros.
En los últimos 6 años Venezuela pasó de importar 14.000 a 50.000 millones de dólares.

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Colombo - Venezolano dijo...

En la frontera de los dos países es donde la relación pacífica y amigable de las gentes es más inmensa, más fluida, más cordial y más necesaria. Las gentes de los dos lados de la frontera tienen y sienten las mismas calamidades. Se debaten entre la necesidad de sobrevivir, de educar a sus hijos y de mantenerse como seres humanos. Allí es donde la lucha por la vida se hace más dificultosa; se requiere poseer un difícil equilibrio para mantenerse en pie, entre la acción del hampa, del narcotráfico y de la política mal entendida.

Bolívar centro casi toda su acción política en Bogotá. No porque no mantuviera su afecto por la tierra que lo vio nacer, sino porque se creía que había una sola patria. Ello es tan cierto que quiso que sus restos reposaran en su ciudad natal.
No se puede negar que en un conglomerado social tan extenso existan diferencias e incomprensiones entre los ciudadanos, pero son más los lazos que los unen que aquellos que los separan. En las actuales circunstancias, en que factores políticos han ensombrecido las buenas relaciones entre Colombia y Venezuela se hace prioritario que los gobernantes y líderes recobren la sensatez con el propósito de normalizar el intercambio comercial y cultural de los dos pueblos. Así lo habría querido el Libertador y así lo esperan las dos naciones.