Mausoleo a Santander

Dialogando con los miembros del Comité Cúcuta 75 he llegado a la conclusión que el momento propicio para traer los restos del General Santander y hacerle el Mausoleo respectivo se presenta como anillo al dedo, ya que existen las disposiciones como la Ley 22 de 1971 y la Ley 43 llamada también de Centenario de la reconstrucción que estatuyen la traída a su tierra natal de los despojos mortales y la construcción de un Mausoleo para guardarlos.La coyuntura de estar al frente de la cartera de Obras Públicas un hijos de esta comarca no puede desaprovecharse, porque es difícil que a corto o largo plazo tengamos un Ministro que haga cumplir las mencionadas disposiciones y que ordenan que anualmente se incluyan las partidas para hacer realidad el sueño que anhelamos desde mucho tiempo atrás y aún facultan al Ministro de Obras Públicas para hacer los créditos y préstamos necesarios para llevarlas a cabo.Toda la ciudadanía debe respaldar esta iniciativa que complementaría el complejo histórico de Villa Rosario y que demostraría que el lema “Los Nortesantandereanos también podemos” es un hecho legible y real.
Tomado de la Opinión

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Anónimo dijo...

Antes de pensar en MAUSOLEOS, hombre pongamos los pies en la tierra y rescatemos la Bagatela que emperatriz misse condeno al olvido, hagamosle ese bien al MUNICIPIO, para que crear mas monumentos a la desidia cuando no somos capaces de autosostener los que tenemos, mejor dejemos al Paisano descansar en paz alla en BOGOTÁ, que alla aunque sea le ponen florecitas. GRACIAS.

Gabriel Adolfo Castro dijo...

Qué vergüenza!
Al articulista le sugiero que lea el testamento del General. Su última voluntad fue que sus restos mortales descansaran en el cementerio de Bogotá que el fundó. No vamos a posar ahora de regionalistas cuando vemos que se caen en nuestras narices monumentos como La Bagatela, la casa del doctor José Jacinto Manrique (La Casona), el Tamarinndo, La Estación del Ferrocarril, el sitio de Tres Esquinas y el parque Grancolombiano, este último convertido en el meadero y el hotel rosa de la promiscuidad sexual de los juerguistas de Cúcuta y San Antonio, traquetos, borrachos y jíbaros que posan en las licorerías de ese sector histórico sin Dios ni ley ante la complacencia de las autoridades. Cómo seremos de ingratos que al doctor Italo Alterio Basso, muerto recientemente, no se le ha brindado siquiera un minuto de silencio en su memoria por la labor en la Quinta Santander durantelos actos oficiales del gobierno municipal, ni se le ha otorgado a sus familiares, a Corpatrimonio y a la Academia de Historia, a las que perteneció durante tantos años, una nota de estilo expresando el pésame por su desaparición . De qué carajo estamos hechos que no tenemos sentido de pertenencia. Ahí está como un monumento al desgreño oficial La Bagatela cerrada desde hace más de un año. ¿Esa es la cultura que iba a defender la uva pasa que dirige la administración municipal de Villa del Rosario y su corte de lameculos? Qué verguenza. ¡General!, descanse en paz en Santafé de Bogota.