Nunca más, 17 años de la masacre de Juan Frío


El 24 de septiembre de 2000 un grupo de aproximadamente 30 paramilitares llegaron al corregimiento de Juan Frío en Villa del Rosario (Norte de Santander) y asesinaron a seis campesinos en las calles del pueblo.

Las víctimas, un conductor de un bus intermunicipal y cinco campesinos de la zona, murieron frente a sus familiares y sus cuerpos fueron abandonados en las calles del corregimiento. Juan Frío está ubicado en toda la frontera con Venezuela, a menos de cinco kilómetros del Cúcuta y es un conocido parador turístico donde los habitantes de la región van a comer los fines de semana.

Los paramilitares llegaron a Norte de Santander, a la región del Catatumbo en mayo de 1999, enviado por los hermanos Carlos y Vicente Castaño desde el Urabá, para quitarle el control del narcotráfico a la guerrilla. Luego de cometer decenas de masacres, los ‘paras’ avanzaron hacia Cúcuta y su zona metropolitana aterrizando a la población con asesinatos de supuestos colaboradores de la guerrilla. 

Los sacaron de su casa y los asesinaron en la carretera, frente a sus tres hijos de 11, 9 y 7 años. Luego los encapuchados se marcharon por la vía a Villa del Rosario.

Hacia las 3 de la tarde del domingo, unos 30 paras encapuchados llegaron al corregimiento Juan Frío, de Villa del Rosario, en una camioneta y varias motocicletas.

Entraron velozmente por la vía que conduce a Ragonvalia y alarmaron a los comensales que departían en los seis restaurantes de cachama, al sur de la población.

Luego pararon en el sector de Caimito, frente a la parcela de Julio César Vásquez, quien estaba en la huerta. Los hombres lo sacaron a la fuerza y lo mataron en plena vía pública.

Algunos encapuchados siguieron avanzando a pie por la vía principal, mientras los otros continuaron en la camioneta y las motocicletas; la gente que estaba en la calle empezó a guardarse al observarlos. En inmediaciones del Instituto Antonio Nariño, a 300 metros de Caimito, el comando interceptó a un joven de 23 años y sin mediar palabra lo mataron.

Tras tomar un recodo, los paras llegaron a la casa del conductor William Palencia, de 27 años, que estaba en la puerta de la calle y le dispararon varias veces. Dos cuadras más adelante se toparon con el chofer de la línea Trasan, Javier Antonio Gómez Delgado, que viajaba en un carro junto con su esposa. Presuntamente los paras le ordenaron detenerse y lo mataron delante de su mujer.

Los seis cuerpos fueron velados en las casas de sus familiares que prepararon las exequias para el martes. El pueblo estaba sumido en el miedo y el desconcierto era total porque nunca antes había pasado algo similar.

El comandante departamental de Policía de la época, coronel Rafael Cepeda, dijo que desconocía que los paramilitares estuvieran tan cerca de Cúcuta y anunció para esa semana un consejo de Policía Judicial.

0 Realice Su comentario Aquí: