El seductor negocio del contrabando ha inspirado a sus amantes, durante los últimos años, a intentar innovar en las formas de camuflar, a su paso por los diferentes municipios de Norte de Santander, las diferentes mercancías.
Unas de las ilegales ideas, obviamente, tienden a ser más sofisticadas que otras. Sin embargo, hasta ahora, no se reporta el hallazgo de una caleta sumamente tecnológica creada por mentes brillantes.
Esta realidad tendría su argumentación en, mínimo, tres hipotéticos argumentos.
- El primero es que, pese a las jugosas ganancias que deja el negocio, nadie se ha atrevido a invertir en una costosa propuesta.
- La otra tesis es que los ‘caciques’ del contrabando prefieren contratar el continuo transporte de pequeñas cantidades, lo que incrementa los costos en el flujo de los productos, pero merma las abultadas pérdidas económicas.
- La tercera explicación apunta a que las autoridades no han descubierto, aún, una casi invisible forma de camuflaje. La experiencia enseña que no hay crimen perfecto.
Lo que sí está comprobado, sin dudas, es que los contrabandistas siguen usando los dobles fondos en las carrocerías, a las caletas hidráulicas, a los envíos por empresas de transporte, a la adulteración de documentos, y a ocultar entre mercancías legales.
Los productos se transportan cotidianamente por trochas que unen al área metropolitana de Cúcuta con Venezuela y por carreteras legales. Usan carros particulares o de servicio público.
Los más osados siguen moviéndose de frente y con la ayuda de informantes.
Compartimentos Ocultos
El contrabando de gasolina se mantiene vigente e imparable. Quienes transportan el combustible recurren, en Norte de Santander, a todo tipo de transportes: bicicletas, carros y motos, en la ciudad, y hasta en canoas, en las áreas rurales. Hay zonas donde se moviliza de frente a las autoridades.
Sin embargo, los propietarios de 90 galones de gasolina decomisados en octubre del año pasado crearon compartimentos debajo de la silla trasera y del maletero del carro Chevrolet Monza para no ser descubiertos. El operativo de incautación fue ejecutado sobre la vía Cúcuta-Pamplona, sector Matecaña.
Empresas de encomiendas
Los contrabandistas, en su afán por movilizar sus mercancías evadiendo impuestos, recurren incluso a las empresas que ofertan servicios de envíos y encomiendas. A finales de febrero de este año, por ejemplo, las autoridades aduaneras decomisaron 451 perfumes para dama y caballero de diferentes marcas. Las lociones fueron halladas en cajas con guías que evidencian ser procedentes de Medellín (Antioquia). Sin embargo, el cargamento no contaba con los documentos que acreditaran su legalidad.
Su fachada era un carro de la defensa civil
Ni las entidades de socorro se salvan de ser utilizadas para movilizar contrabando. Un camión de la Defensa Civil de Manizales fue hallado por policías, en Norte de Santander, cargado con tres toneladas de mercancía sin la documentación que acreditara su legal ingreso al país.
Uniformados hallaron 2.124 tarros de leche en polvo para adultos y niños, 1.320 bolsas de jabón en polvo, de 900 gramos cada una, y 312 recipientes de insecticidas para matar zancudos y cucarachas. Todos los productos eran de fabricación venezolana. El caso se presentó a finales de julio de 2013.
Adulteración de documentos
Los dueños de un cargamento de casi siete toneladas de carne recurrieron a la adulteración de documentos para evadir los operativos de las entidades aduaneras. Los talentosos ilegales pretendían pasar el producto como una donación efectuada por la Dian a una fundación bumanguesa. El caso se registró a mediados de enero de este año. Las pesquisas dejaron al descubierto que se falsificaron las firmas de dos personas: la de la administradora de un depósito de cárnicos incautados y otra de un funcionario de la Dian.
Aparente chatarra
No era chatarra, como inicialmente se creía. Se trataba de un millonario cargamento de motores para camiones tipo NPR y tractomulas de marcas reconocidas.
Investigadores determinaron que los motores, tipo diesel de diferentes marcas y referencias, fueron usado y remanufacturados con repuestos nuevos de iguales características a los originales.
Las máquinas, obviamente, no contaban con los documentos que acreditaran su legal ingreso a Colombia, por lo que fueron incautadas.
Las pesquisas revelaron que generalmente este tipo de cargamentos son llevados al interior del país.
A finales de marzo de este año fueron incautados 48 motores avaluados en aproximadamente 600 millones de pesos, según el reporte de la Policía.
Doble fondo
Es típico encontrar carrocerías de vehículos de carga pesada con doble fondo. En uno de los tantos casos, ocurrido a mediados de febrero de este año, fue detenido un carro que visiblemente estaba vacía. Sin embargo, tenía una compuerta tras la cual permanecían, camufladas, 61.000 unidades de diferentes productos de aseo, licor, insecticidas y medicamentos de procedencia venezolana. El carro con el cargamento fue encontrado en un parqueadero sin razón social del barrio Videlso, Los Patios. Iba para Boyacá y Cundinamarca.
Caleta hidráulica
A simple vista, el tractocamión, recorría Sardinata con cemento legal. Sin embargo, el producto hallado solo tenía como objetivo despistar a las autoridades y transportar un millonario cargamento de licor de contrabando. Policías que inspeccionaron el carro de carga pesada no detectaron inicialmente algún elemento anormal en medio del cemento. Sin embargo, finalmente, descubrieron que contrabandistas habían instalado una caleta hidráulica que solo se podía abrir al conectarle una manguera con aire.
Tomado de La Opinión
Tomado de La Opinión
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