La Virgen de Nuestra Señora del Rosario


Cuentan nuestros abuelos a través de la tradición oral, que en los inicios de la antigua población donde es la Escuela Pedro Fortoul, fusionada al colegio General Santander y específicamente donde es la cancha de baloncesto, había un ranchito en el que vivía una viejita y por allí pasaban los arrieros que iban hacia Rubio (Venezuela) a recoger café.

Un día a uno de estos arrieros se le cayó un cañamazo; la señora lo recogió y lo guardo en el techo de paja de su rancho por si alguien venía a preguntarlo y después de un tiempo se acordó del cañamazo, lo sacó y quedó sorprendida al ver estampada en él la imagen de una virgen que irradiaba luz y la utilizaba para alumbrar su vivienda.

Poco tiempo después, la viejita recibió la visita de una amiga y le mostró el cañamazo con la imagen quedando esta totalmente sorprendida.

En ese entonces, donde hoy están las ruinas de la Capilla Santa Ana, se había construido un rancho que lo tenían como iglesia y el sacerdote de esa época decidió reunir a todos los fieles para hacer la elección del patrono teniendo como aspirantes a San José y a San Pedro; después de haber votado se dieron cuenta que había un empate entre estos dos aspirantes.

El sacerdote muy confundido no hallaba que hacer, cuando en medio de los fieles una señora exclamo: Su reverencia, allá arriba en el Rastrojo vive una viejita que tiene una vitela que irradia luz; entonces, el sacerdote le dijo que fueran de una vez pero la señora le dijo que era mejor ir por la noche para ver como irradiaba luz.

El sacerdote citó a todos los fieles para la noche; al llegar la hora los habitantes estaban listos con antorchas y partieron hacia la casa de la viejita.

Al llegar los habitantes esperaron a una distancia y el sacerdote toco en la puerta del rancho de la viejita y esta salió; ella le dijo: ¿su reverencia a que se debe su visita a estas horas de la noche? Y él contestó: una señora me comento sobre una vitela que usted tiene, la cual irradia luz y quiero verla; la viejita entró al rancho la sacó y se la entregó al sacerdote; este la miro detenidamente y dijo: esta la imagen de Nuestra Señora del Rosario que se le apareció a Santo Domingo de Guzmán.

El sacerdote le preguntó a la viejita que si se la podía llevar para la iglesia y esta respondió que si esa era su voluntad lo podía hacer.
El sacerdote les mostró la imagen a todos los habitantes y les dijo que en vista del empate presentado entre San José y San Pedro, Dios les había puesto en el camino la milagrosa imagen de Nuestra Señora del Rosario y que la Patrona de este pueblo sería ella.

Todos regresaron nuevamente llevando la virgen y la colocaron en el altar de la iglesia y la gente comenzó a venerarla y a recibir favores a través de su intersección ante el padre celestial

Por eso nosotros somos rosarienses porque venimos del santo rosario, es decir, de camándula.

La imagen de Nuestra Señora del Rosario presenció la instalación del Congreso Constituyente de la Gran Colombia el 6 de Mayo de 1.821 y paso el terremoto ocurrido el 18 de Mayo de 1.875.

Texto Cortesía del Licenciado Jesús Gerardo García (Presidente del Equipo Académico de Investigación Histórica de Villa del Rosario)

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