Pretenden que las placas dejen huella


Una de las placa huellas construidas que, se espera, traiga beneficio a los comerciantes, es la del corregimiento de Juan Frío, donde también hubo adecuación de alcantarillas.

Un promedio de 15 mil millones de pesos es el costo de la reparación, pavimentación y construcción de placahuellas en las carreteras de las zonas rurales más afectadas en Norte de Santander, cifra que fue invertida para rehabilitar aproximadamente 20 kilómetros en siete municipios.

Ese es el recurso invertido entre el Instituto Nacional de Vías (Invías) y la Gobernación de Norte de Santander, tras la aplicación y la ejecución de seis convenios que buscan devolverle la movilidad y el comercio a estos sectores.

Uno de ellos es el corregimiento de Juan Frío, en Villa del Rosario, donde los piscicultores y dueños de restaurantes en los que es característico el consumo de la cachama, habían señalado que el estado de las vías había disminuido entre un 35 y 40% sus ventas, pues ya no había carro que llegara a los sectores a probar el manjar.

Lo que ahora resaltan en este corregimiento es la construcción de 1.8 kilómetros de placahuella, tres alcantarillas, dos bateas en concreto y un cárcamo de 11 metros de longitud con lo que buscan la entrada y salida de frutos, hortalizas e insumos para los trabajadores.

“Con la ejecución de estas obras, la idea es impulsar a los sectores productivos para que utilicen estos carreteables en mejor estado y así puedan a su vez abaratar los costos de fletes en los camiones de carga”, expresó el gobernador, Edgar Díaz.

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