Los habitantes de la frontera no son "bachaqueros" ni revendedores de gasolina: Casanova


Carlos Casanova, dirigente opositor.

Para el dirigente de la oposición en el Táchira, Carlos Casanova, la frontera venezolana pasó de ser una frontera de integración a una línea fronteriza de tensión.

Indica Casanova que en la zona fronteriza del Táchira con Colombia, la integración como tal se perdió debido a las asimetrías jurídicas y económicas que se viven.

—Venezuela y Colombia fueron economías complementarias, ahora ya no lo son. Colombia pasó a ser un proveedor de Venezuela; no obstante, el diferencial cambiario entre el bolívar y el peso como consecuencia de las políticas monetarias equivocadas, convirtieron al contrabando de todo en un negocio que le hace daño a ambas economías, pero que se está enfrentando represivamente, sin abordar el origen del problema, el origen de las causas que es desde donde se debe atacar—, es parte del análisis que hace Casanova sobre el tema.

Igualmente, indica que “la frontera se desinstitucionalizó y fluyó la informalidad por sobre la formalidad de las relaciones y esto acaba con la legalidad. El ciudadano de la frontera es un ciudadano con menos derechos estando en Venezuela, el gobierno no logra establecer una política de beneficio directo al ciudadano de frontera; todo lo contrario, dirige una política represiva contra todo el que baje a la frontera, partiendo de la premisa equivocada de que todos son bachaqueros. La arbitraria e inconstitucional medida de sacarle gasolina a los carros particulares lo demuestra, es una sospecha extendida sobre todos los particulares, de ser revendedores de gasolina, cuando lo cierto es que sobre el arbitrario hecho de sacarle gasolina a los carros, no dan ni siquiera un comprobante de haberlo hecho”.

Argumenta el dirigente regional de la oposición, que en la frontera venezolana hay más militares que en una zona de conflicto como la Franja de Gaza, lo cual da un indicador de lo militarizada que está la frontera y donde “curiosamente se violan más los derechos del ciudadano”.

“El mercado negro aumentará en la frontera y la liquidación de agencias de aduanas aumentará más la corrupción. El empobrecimiento de la población fronteriza es evidente, por la quiebra del sector industrial y semiindustrial, y el cierre de las empresas familiares y de cooperativas. Se sustituyó la integración económica interregional por el comercio Caracas – Bogotá. La desigualdad que producen las políticas socialistas en la población, no está siendo atendida toda vez que la revolución aspira controlar el acto de distribución de alimentos como un acto político”, acotó.

Dijo que si el gobierno no mira la frontera con seriedad, “las mafias terminarán gobernando la zona; si la política es discrecional de los funcionarios, la frontera será débil presa de la corrupción”.

Agregó que la dinámica de integración se ha perdido en las manos revolucionarias, y ya es tiempo de que admitan que el “chip” como medio para frenar el contrabando, fracasó. “El aumento de la militarización tampoco está frenando el contrabando, es tiempo de que admitan que no saben qué hacer con la frontera, que admitan que la realidad los superó”, finalizó Casanova.

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