Juan Frío: el agro nace en el aula


Las estudiantes de décimo y once grado aprenden en la clase de agropecuaria todo lo relacionado con la preparación de los pollos, su preparación para la mesa y para la venta, lo que combinan con clases complementarias de inglés.

No es la cocina de la casa ni la escena de un almuerzo familiar. Es la parte trasera de su colegio y, el desplumar pollos, hace parte de un proyecto productivo que desarrollan en clases, con lo que esperan cambiar lo poco que ganan con el contrabando por muchas ideas agropecuarias que los impulsen como jóvenes estudiantes y comerciantes.


Así son las tardes en el instituto Agropecuario de Juan Frío, en Villa del Rosario, donde los alumnos de décimo y once grado, también se han dedicado a criar y engordar pollos. Pero ayer fue su mayor prueba: sacaron una camada de 100 aves para aprender a sacrificarlas, desplumarlas, cocinarlas o dejarlas listas para la venta, lo que se convierte en la base del programa agropecuario que desarrolla el coordinador del proyecto, Guillermo García Prieto.

“Los insumos los ha dado el colegio, se han comprado pollos, alevinos de cachamas, lombrices y poco a poco estamos creando un lugar de producción que convierta este colegio como una pequeña finca autosostenible”.

“Además que vaya logrando poco a poco que los estudiantes que se dedican al contrabando, aprendan del proyecto y se alejen de lo otro”, explicó el coordinador.

Y es que la labor no solamente es para los más grandes del colegio, pues los 557 alumnos que tiene la institución apoyan cada proceso, por ejemplo, ‘los guardianes ambientales’ como llaman ahora a los niños de transición y primero, se encargan de recoger papeles en los salones o el patio, los vierten en agua por dos días y luego lo usan como alimento para las lombrices que han cultivado. Este material lo mezclan con los residuos de alimentos que salen del comedor escolar y así logran que las lombrices se conviertan en abono.

La rectora del colegio, Nohora Leal Acevedo, comentó que este lo venden en bultos o lo usan para otros cultivos de yuca, maíz y girasoles; los residuos los utilizan secos para la cama de los pollos, lo que hace el proceso más natural.

Guillermo García, también ingeniero agropecuario, señaló que ha sido poco el apoyo de la Alcaldía de Villa del Rosario, pues les han cerrado las puertas para la obtención de ayudas técnicas o de mejoras en las instalaciones donde desarrollan los trabajos, por lo que pidió a todas las entidades estatales voltear la mirada a este tipo de iniciativas que alejan a los menores de lo ilegal.

“Yo no soy profesor, pero sí soy el coordinador del proyecto; pero si se requiere de una ampliación, no hay muchos maestros que se dediquen a esto. Lo hacemos porque nos gusta”, señaló García.

Los estudiantes son premiados con paseos, actividades lúdicas o experiencias productivas que pueden profundizar en sus casas, lo que viene tomando fuerza en el municipio.
Tomado de La Opinión.

0 Realice Su comentario Aquí: