San Antonio Estado Tachira.- La comunidad de la frontera no comprende el porqué de los controles repetitivos del Ejército y de la Guardia Nacional, que se dan a la altura de alcabala de Peracal y el llamado peaje de San Antonio, así como entre la aduana y el puente internacional Simón Bolívar, a escasos cien metros uno del otro, los cuales generan diariamente largas colas y congestión vehicular.
El expresidente de Fedecámaras Táchira y habitante de San Antonio, José Rozo, criticó esta situación que afecta a la comunidad y a toda persona que viaja para la frontera, porque debe permanecer dos o tres horas en cola por causa de estas alcabalas. “Estamos observando que ahora la Guardia Nacional y el Ejército están trabajando en conjunto en la alcabala natural que es Peracal, pero luego a cien metros de distancia, en el peaje, se encuentra también apostado un pelotón del Ejército que revisa lo que ya revisaron los otros”.
“Hacemos un llamado a la autoridad competente, a quien corresponda, porque no sabemos quiénes son los responsables de este abuso de control y de poder que se viene aplicando sobre la población civil indefensa que va y viene entre la frontera y San Cristóbal y demás municipios vecinos. Al ciudadano de a pie, que tiene que movilizarse entre la frontera y la capital del estado, se le hostiga y se le vulnera el derecho al libre tránsito, a acceder a los servicios y a trabajar libremente, con la obstrucción que se está presentando en las alcabalas”, increpó.
Consideró el vocero que las autoridades “deben ponerse de acuerdo, porque si algo puede afectar la ya deteriorada imagen del gobierno nacional y regional es precisamente ese tipo de abuso contra las poblaciones. Pónganse de acuerdo, quién es más honesto que el otro, si es que hay una competencia entre ellos”.
Refirió que una situación similar a la que se presenta entre Peracal y el peaje, se observa entre la aduana y el puente internacional Simón Bolívar, donde además del puesto de control natural de la Guardia Nacional, escasamente a 100 metros se encuentra también apostado un contingente del Ejército haciendo lo mismo que hace la Guardia. “Deben decidirse a quién es que están controlando, o es que un componente desconfía del otro, porque realmente ya la comunidad está harta de lo que vienen haciendo estos organismos de seguridad del estado, lo cual en nada está favoreciendo a la producción de la frontera”.
Pese a los repetitivos controles militares, Rozo sostuvo que continúa el desabastecimiento de alimentos en las poblaciones de San Antonio, Ureña y también en la ciudad de San Cristóbal, mientras que en La Parada, al otro lado del puente internacional Simón Bolívar, y también en el mercado de la Sexta, en Cúcuta, se encuentran por montones los productos venezolanos.
En San Antonio –añadió- escasea desde el cemento, el gas, la harina precocida y la que se consigue en el mercado negro tiene un precio que oscila entre 80 y 90 bolívares; el aceite, si se consigue, está por arriba de los 100
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