Santiago busca un oftalmólogo


Belén Pérez, la abuela de Santiago, tuvo que comprar un lente especial que le costó 820 mil pesos y será usado en la operación del niño. 


Santiago fue afectado en el ojo izquierdo y a él y su familia los han puesto a dar vueltas para ser atendidos por un oftalmólogo, pero tal vez este tipo de especialistas falta en el área metropolitana local.

Santiago tiene 11 años y fue víctima de la pólvora en Villa del Rosario, donde el alcalde, Carlos Socha, aprobó la venta de los juegos pirotécnicos, que entre otras, le trajo quemaduras a otro menor a principios de diciembre al recoger del piso un tubo que contenía residuos de explosivo.


Carrusel fatal


Santiago, de 11 años y quien cursará quinto de primaria, salió de su casa el 26 de diciembre a dejar una bolsa de basura para que el camión del aseo la recogiera. Al regresar, un destello de luz lo alumbró, por lo que levantó la mirada. Lo que recuerda es que algo le explotó en el ojo, dejándolo sangrando en la calle.

“El tío lo recogió y le puso una camisa en la cara y nos fuimos al hospital Jorge Cristo Sahium, pero no había oftalmólogo, luego nos fuimos a la Samaritana y no quisieron recibir al niño; dijeron que allá tampoco había. En la Clínica San José tampoco lo atendieron. Nos dijeron que lo enviáramos a Pamplona para que una ambulancia lo llevara hasta Bucaramanga”, dijo Belén Pérez, abuela del niño.

La mujer aseguró que el niño que tiró un objeto denominado ‘la bomba’, que es vendido en Villa del Rosario, ha lanzado pólvora desde principios de diciembre sin control de sus padres o familiares.

“Ocho días antes de lo que pasó, ese niño se puso a meterle totes a las latas de cerveza y al explotar, esas esquirlas volaron por la cuadra, pero como acá no prohibieron la pólvora, mi nieto está en peligro de perder un ojo”.

Aseguró que ha ido al despacho de Socha en tres ocasiones a comentar el caso, pero no ha sido atendida por el mandatario.

“Me fui a la Secretaría de Gobierno y allá me preguntaron si en el barrio donde vivimos (Montevideo I) no habían funcionado las campañas de No a la pólvora. Y le dije a la funcionaria que no sabía ni dónde estaba parada, pues su alcalde aceptó la venta de pólvora y vea lo que pasó”. 

El niño fue atendido en la Clínica Santa Ana y sigue a la espera de una operación.
Tomado de La Opinión

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