Desaparecieron un comerciante y un mecánico que salieron de Villa del Rosario


Norberto González y Ersa Jesús Villamizar .


Un comerciante avícola y un mecánico de vehículos se encuentran desparecidos desde hace tres meses, cuando se movilizaban en un vehículo desde Villa del Rosario, departamento Norte de Santander, hasta Orope, municipio García de Hevia, en la zona norte del estado Táchira, para efectuar diligencias personales.

Las circunstancias en las cuales desaparecieron Norberto González, de 73 años, comerciante avícola, residenciado en el barrio Simón Bolívar de San Antonio del Táchira, y su amigo, el mecánico de carros,  Ersa Jesús Villamizar, de 48 años, con domicilio en Villa del Rosario,  no dejan de ser extrañas.

Viajaban en un vehículo Chevrolet, Aveo, cuatro puertas, negro, año 2013, placa AF164KM, cuyo paradero también es un misterio.

Hasta el momento ninguno de los familiares ha sido contactado por quienes los pudieran tener en su poder, en el supuesto de que hayan sido secuestrados; aunque este móvil lo descartan, toda vez que no son personas pudientes. Pero, por otra parte, se les hace lógico pensar que algo malo les ocurrió, en virtud de que a la fecha ya se habrían comunicado con su entorno familiar, si se encontraran bien. No acostumbran desaparecer por tanto tiempo sin avisar a sus seres queridos.

Tres meses después de su desaparición, han surgido conjeturas entre quienes esperan su regreso, hipótesis de lo que pudo haberles pasado, pero que solo han quedado allí, en especulaciones, pues de ninguna de estas probabilidades tienen indicios.

Presumen, por ejemplo,  que  pudieran haber sido sometidos para despojarlos del vehículo, pero allí surge entonces la pregunta: ¿si fue para robarles el carro, dónde están ellos, qué hicieron con ellos? 

También cabe la posibilidad de que, con fines desconocidos, les hayan suministrado alguna droga que les hiciera perder la consciencia en tiempo y espacio,  pero igualmente,  tres  meses después es lógico pensar que el efecto ya les hubiera pasado y ellos se hubieran reportado.

Sin embargo, han acudido a centros  asistenciales, estaciones de policía e incluso hasta la morgue del Hospital Central, a fin de descartar alguna trágica  eventualidad.

Las familias

Maritza González, hija de Norberto González; y Eugenia Salcedo, esposa de Ersa Jesús Villamizar, narraron cómo han sido estos tres meses sin ellos. Relataron que la mañana del 6 de octubre, el comerciante avícola se trasladó en el Aveo hasta Villa del Rosario, buscó a su amigo, y ambos emprendieron viaje hacia Orope, donde este último tiene una parcela, específicamente  en el kilómetro 82.

“El propósito del viaje era echarle un vistazo al terreno. Cerca del mediodía  de ese mismo día, González llamó desde el teléfono celular a su esposa para indicarle que estaban en Coloncito, en un restaurante llamado El Rosario, que almorzarían y regresarían de inmediato. No pudieron llegar al terreno de Orope, porque  el vehículo  pegaba en la carretera, porque es muy bajito“, declararon.

Luego de la desaparición de los dos amigos, los familiares  comenzaron a indagar y lograron llegar al restaurante que Norberto González les señaló y, efectivamente, allí pudieron comprobar que ese mediodía estuvieron allí almorzando. Quedó evidenciado en las cámaras de seguridad del local.

Pero no estaban solos. Los acompañaba una tercera persona, que luego  identificaron como un gandolero, amigo de  Ersa Jesús Villamizar. Al ubicarlo, él  les explicó que ambos se habían marchado de Coloncito como a las 4:00 de la tarde, que no supo más de ellos.

Se suponía que González tomaría para regresar a San Antonio, la vía de Puerto Santander, como siempre lo hacía. Pero esta vez se ignora si lo hizo. Después de las 6:00 de la tarde, ante la demora de su retorno, los familiares comenzaron a llamarlos a sus teléfonos celulares, pero ambos estaban apagados.

Supuestamente, en esas indagaciones posteriores a la doble desaparición, establecieron que hacia las 5:00 de la tarde de ese 6 de octubre, en una estación de servicio de Colón, según le chip del Aveo, lo surtieron de gasolina, pero extrañamente, los domingos esa bomba no abre.

En medio de la preocupación que les ha causado la repentina desaparición de los dos hombres, las familias comenzaron a buscarlos infructuosamente. Ya formularon la denuncia ante la sede del Grupo Antiextorsión y Secuestro, Gaes,  de la zona norte del Táchira, y también en el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, Cicpc.

Del caso conoce la Fiscalía 28 del Ministerio Público, pero ni los organismos de seguridad ni la Fiscalía han dado respuesta. Presumen que las autoridades no han entendido la gravedad del caso.

Hasta la actualidad los teléfonos celulares de ambos continúan apagados. Volantes  con sus  fotografías han sido pegados en distintos lugares de  Coloncito y La Fría, pero nadie ha dado razón de ellos.

Tomado de La Opinión

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