Declaración del Presidente Santos en la presentación del Conpes para el acueducto Metropolitano


Villa del Rosario, Norte de Santander, 14 ene (SIG). “Decirles gracias, gracias por este recibimiento tan caluroso, tan especial. Me ha llegado al fondo del corazón. 


Este es un sitio de un gran simbolismo, es un sitio histórico. Aquí se respira historia. Aquí se hizo Colombia. Aquí nació uno de nuestros grandes libertadores, Francisco de Paula Santander, que junto con Simón Bolívar nos dieron la independencia y nos dieron la libertad. 

Nunca tendremos con qué agradecerles. Nunca tendremos cómo rendirles suficiente homenaje a estos dos grandes próceres. Como lo dijo Santander, le dijo a Bolívar que él con su espada le daba la independencia a Colombia y Santander con sus leyes nos daba la libertad; hace ya más de 200 años. 

Y efectivamente, nos quitaron el yugo español. 

Pero Colombia desde entonces se ha mantenido encadenada. Ha tenido cadenas que no le han permitido avanzar de acuerdo a nuestro verdadero potencial. 

Colombia es un país maravilloso: Dios nos dio ese regalo. El único país de América Latina que tiene dos mares, tenemos todos los climas, tenemos tierras fértiles por todos lados. 

Tenemos la más rica biodiversidad del planeta, tenemos agua como pocos países en el planeta. Y el agua va a ser, tal vez, el motivo de las próximas guerras según los historiadores y analistas. Pero tenemos algo todavía mejor, que es la mejor gente, el capital humano. 

Sin embargo, después de 200 años tenemos unas cadenas que no nos han permitido avanzar. Una cadena que nos amarra, es la cadena de la pobreza. Esa cadena nos ha frenado durante estos 200 años desde que Santander nos dio esa independencia y de que Bolívar nos dio esa libertad. 

Hemos estado con la cadena de la desigualdad. Éramos el país más desigual de todo el hemisferio, después Haití, qué vergüenza siendo un país tan rico. 

Tenemos la cadena de la corrupción que desvía los recursos de los colombianos a los bolsillos de los corruptos. Una cadena que no nos deja avanzar. 

Y por supuesto tenemos otra cadena que nos tiene del cuello: la cadena de la violencia. Ese conflicto armado que durante 50 años nos ha desangrado, pero durante 200 años hemos vivido prácticamente en guerra, matándonos los unos a los otros. 

Cuando a mi ustedes me eligieron como Presidente de la República me propuse hacer todo lo posible por liberar a Colombia de esas cadenas. Y fue así como nos pusimos con un gran equipo de trabajo a proyectar políticas que fueran rompiendo esas cadenas una por una, eslabón por eslabón. 

Y Desde el primer día nos propusimos cumplir ese objetivo. 

La cadena de la pobreza que todavía nos mantiene atados. 

Pero hemos progresado como nunca antes en la lucha contra la pobreza. Hemos sacado a más de 2 millones y medio de colombianos de la situación de pobreza y a un millón 300 mil de la pobreza extrema. Eso no lo habíamos visto nunca. Sin embargo, esa cadena todavía nos pesa porque tenemos todavía el 30 por ciento de los colombianos en la pobreza y el 10 por ciento en la pobreza extrema, o sea, que no nos hemos podido liberar todavía, pero vamos en la dirección correcta 

El tema de la desigualdad. 

Nosotros teníamos una situación perversa, que la economía crecía y nos aplaudían en los mercados internacionales, pero aquí en Colombia los ricos se volvían más ricos y los pobres se volvían más pobres. Y como les decía: éramos el segundo país más desigual de todo el hemisferio después de Haití. 

Y nos propusimos corregir esa situación con políticas, como la de viviendas gratis a los pobres, a los más pobres que nunca había soñado con la posibilidad de tener una vivienda. 

Como las políticas de aumentar el número de Familias en Acción. Como las políticas de la Red Unidos que acompañan a las familias más pobres a salir de la pobreza extrema. Como la decisión de decretar, el año pasado, la gratuidad total para todos los niños y las niñas de Colombia del grado cero al grado once, en educación y para que puedan acceder a un colegio. 

Y hemos podido romper esa tendencia perversa. Hoy ya no somos el segundo país más desigual. Somos un país promedio en la región. Pero todavía hay unas brechas enormes, todavía hay unas desigualdades aberrantes. Por eso ahí tenemos que perseverar. 

La Reforma Tributaria, que los estratos altos me la criticaron porque puse a pagar más a los que más tienen. Y saqué de un plumazo a 18 y medio millones de colombianos para que no pagaran un solo impuesto, porque no tenían con qué. 

Eso pues nos ha llevado a mejorar esos índices de desigualdad. Y ahí vamos progresando. 

Y hemos hecho una inversión social como nunca antes en otros frentes: llevándole a millones de colombianos luz eléctrica por primera vez. Y llevándoles agua potable a colombianos que nunca habían tenido la posibilidad de tener agua potable. Le hemos llevado alcantarillado a millones de colombianos: 2 millones 600 mil colombianos que por primera vez tienen ese servicio fundamental. 

Y es por eso que hemos hecho un gran esfuerzo para que la economía crezca más y produzca más recursos y podamos invertir en lo social. Y hoy podemos decir con orgullo que hemos logrado las inversiones más altas de nuestra historia. 

Tenemos la tasa de inversión más alta de América Latina. Hemos creado más empleo que cualquier otro país de América Latina en estos tres años, hemos creado más de 2 millones 550 mil empleos, pero todavía tenemos más del 9 por ciento de los colombianos desempleados, por eso tenemos que seguir perseverando. 

Pero cómo me satisface poder ir por Colombia o venir aquí a Villa del Rosario y mostrarles a ustedes este documento Conpes que aprobamos esta mañana virtualmente. Los miembros del Conpes, que es el Consejo Nacional de Política Económica y Social, es la instancia donde se aprueban las grandes inversiones y esta mañana se aprobó esta inversión.

Este documento que convierte ya en realidad este proyecto del acueducto que aquí se ha mencionado, que va a beneficiar a más de millón 200 mil cucuteños, patienses y los de Villa del Rosario: un millón 200 mil, que no solamente en los próximos años tendrán agua y agua potable hasta el año 2.045, ya está garantizado con este proyecto; 2.045, es decir que por lo menos en mi caso creo que ustedes van a tener agua, cuando yo esté bajo tierra hará mucho tiempo. 

Pero qué bueno poder realizar estas inversiones, porque eso también es construir paz. Allá en La Habana estamos dialogando para ver si podemos ponerle fin a este conflicto que nos ha desangrado durante 50 años y también ir desatando ese nudo, esa cadena de la violencia, y ese es el sueño que yo tengo: poder decirle a los colombianos que se terminó el conflicto. 

Este departamento que ha sufrido tanto la violencia, que la sigue sufriendo, porque el conflicto no ha terminado, será uno de los más beneficiados con la paz. 

Sé ha escogido un camino difícil, lo sabía desde el principio, un camino lleno de obstáculos, lleno de enemigos, y los enemigos acechan de un lado, del otro, con información falsa, con ataques malévolos, inventándose historias. 

Pero, yo los digo a ustedes que la paz debe ser el valor supremo de cualquier sociedad. Eso lo decía Bolívar, eso lo decía Santander. 

Ellos lucharon por darnos la libertad y nuestra independencia, y yo estoy luchando porque en este país finalmente podamos vivir en paz, esa paz, esa paz nos va a quitar esa cadena y nos va a permitir que ese potencial que tiene este país, maravilloso potencial realmente se pueda aprovechar. 

Si hemos logrado lo que hemos logrado en estos últimos años en materia de crecimiento económico, qué bueno poder decir que Colombia en el tercer trimestre del año pasado, que fueron los últimos datos, quedó de primero en toda América Latina en crecimiento económico. 

Qué bueno poder decir que Colombia ahora tiene la inflación más baja en todo el continente, y la inflación es ese impuesto regresivo que le roba el poder adquisitivo a quienes solamente tienen un ingreso, en cambio valoriza los activos, ¿y quién tiene los activos?, los ricos, por eso la inflación baja es una política social, tenemos la más baja de América Latina. 

Qué bueno poder decir que Colombia ha logrado reducir la pobreza más que cualquier otro país de América Latina, con excepción de Perú, Perú nos ganó. Qué qué bueno poder decir que Colombia tiene la tasa de inversión más alta de todo el continente, esa tasa de inversión es lo que nos permite crecer y generar más recursos para estas inversiones en el largo plazo. 

Y si hemos logrado todo eso en medio del conflicto, solamente imagínense ustedes lo que podríamos hacer si alcanzamos la paz, imagínense lo que sería este país en paz. 

No nos podemos imaginar porque no hemos vivido un país en paz. Yo no he vivido un solo día, tengo 62 años y no he vivido un solo día de un país en paz pero sí estoy soñando. Y lo tenemos cerca. Hoy soy optimista, soy más optimista de lo que era hace un año. 

Sé que todavía nos queda un camino difícil por recorrer, estamos negociando no con unos angelitos, estamos negociando con los enemigos, pero de eso se trata de llegar a acuerdos con los enemigos para dejar las armas, para dejar la violencia, y dedicarnos todos como país como quisieran Santander y Bolívar, porque eso era lo que ellos querían y lo vamos a cumplir 200 años después. 

Unidos como país, en paz, buscando todos unos mismos objetivos más inversión social, más acueductos, más colegios, más carreteras, más empleo, eso es lo que queremos. 

Y por eso qué bueno poder estar aquí en esta gran ciudad, Villa del Rosario, que respira historia, respira simbolismo, respira patriotismo. 

Este tipo de eventos lo que hacen es estimularme, darme inyección de ánimo para seguir adelante en este camino de búsqueda de la paz y en la búsqueda de más igualdad social entre los colombianos, paz y prosperidad social para todos es lo que todos queremos. 

Y estoy seguro que lo vamos a lograr, estoy seguro porque es lo que yo percibo a lo largo y ancho del territorio. 

Habrán algunos que dicen que no, que no quieren la paz, que matemos hasta el último guerrillero, como si eso fuera posible. Que sigamos combatiendo, y yo les digo: yo sé lo que es la guerra, me tocó adelantarla y con mucha efectividad. 

Cuando algunos me dicen que este Gobierno ha bajado la guardia en materia de seguridad yo saco la doble columna: ¿Qué Gobierno le ha dado más duro a la guerrilla en su historia?, mí Gobierno ¿Quién dio de baja al número uno de las Farc, al número dos, a 47 cabecillas y los tiene reducidos al número más bajo desde que se llevan las cuentas? Entonces que no me vengan a decir que es que yo estoy bajando la guardia en materia de seguridad. 

Pero es por eso mismo que quiero la paz y que dicen que los policías, con nuestras Fuerzas Militares, no quieren la paz, mentiras, claro que la quieren, son los primeros que añoran la paz porque son los primeros que ponen el pecho y ponen las vidas por la tranquilidad de todos nosotros. 

Por eso, creo que vamos por el camino correcto, es un camino difícil, estamos conversando en medio del conflicto, eso genera confusiones, ¿cómo así que en La Habana hablan y aquí se disparan, se matan?, es parte de las reglas de juego, ¿para qué? Para lograr llegar al final más rápido, porque yo no quiero que el conflicto se prolongue indefinidamente, yo quiero terminarlo lo más pronto posible y necesito del apoyo de ustedes, necesito el apoyo de ustedes, porque con el apoyo de ustedes vamos a lograr ese objetivo. 

Yo por eso voy a terminar esta intervención con una plegaria que el sábado pasado, hace dos días, el Obispo de Yopal me dijo que ensayara a rezarla en la mayoría de las intervenciones que yo tuviera y que vería como logramos la paz lo más pronto posible. 

La plegaria es la plegaria por la paz, de San Francisco de Asís y dice así: 

‘Señor, hazme un instrumento de paz. Que donde haya odio, siembre amor. Que donde haya injuria, perdón. Donde haya duda, fe. Donde haya desesperación, esperanza. Donde haya sombra, luz. Donde haya tristeza, alegría. 

¡Oh Divino Maestro! concededme que no busque ser consolado sino consolar, que no busque ser comprendido sino comprender, que no busque ser amado sino amar, porque dando recibo, perdonando es como tú me perdonas y muriendo en ti nazco para la vida eterna. 

-Qué bonitas palabras- Amén’. 

Y muchas gracias, y ¡Que viva Villa del Rosario!, ¡Viva Norte de Santander!, ¡Viva Colombia! 

Muchas gracias”.

1 Realice Su comentario Aquí:

Unknown dijo...

Nicaragua tambien es bañada por dos mares. Que ignorantes nos vuelve la seguera....