30 años de cárcel por crimen de una mujer

 
Edwin Javier a su salida del Palacio de Justicia de Cúcuta acompañado de sus familiares.
 
Edwin Javier Ramírez Blanco, tercer implicado en el asesinato de Johanna Licenia Rincón Uyoque, fue condenado a 30 años de prisión.

Ante el Juzgado Tercero Penal del Circuito de Cúcuta se llevó a cabo la lectura de la sentencia por los delitos de homicidio y hurto, recibiendo una rebaja en la pena al allanarse a los cargos.

La mujer fue asesinada a puñaladas, luego de un robo, en su residencia ubicada en el barrio Bellavista de la ciudadela La Libertad, el 26 de septiembre de 2012.

Hecho criminal en el que participaron tres hombres, entre ellos un sobrino del compañero de la mujer identificado como Luis Carlos Carrascal Arévalo, de 21 años, capturado en enero de 2013 por la Sijín, y condenado a 19 años de prisión, luego de recibir una rebaja al aceptar su responsabilidad.

Al parecer, el familiar sabía que en la vivienda de la calle 26 con avenida 13 había $70 millones producto de la venta de una casa.

Ramírez Blanco fue incluido en el cartel de los delincuentes más buscados por la Policía Metropolitana de Cúcuta siendo aprehendido en Málaga (Santander).

Miguel Ángel Pérez Anaya, de 23 años, residente en el barrio El Páramo de Villa del Rosario, fue también detenido y vinculado a este caso a la espera de que sea definida su situación jurídica.

Los hechos
En el suelo de su habitación, boca abajo y degollada, fue encontrada  Johanna Rincón Uyoque, de 26 años, madre de tres hijos, menores de edad (dos niñas y un niño).

La mujer fue extrañada, especialmente, por Kelly, una vecina, a quien el día anterior le dejó a dos de sus tres hijos para que se los cuidara.

Ese martes, a la 1:30 de la tarde, “ella me pidió que le llevara y recogiera a dos de sus niños del colegio. La otra pequeña la dejó donde otra vecina. Dijo que tenía que ir a cobrar un arriendo en Los Patios, pagar unos recibos y pasaba al gimnasio”, señaló la vecina.

Según Kelly, la mujer le aseguró que antes de las 6:00 de la tarde estaría de regreso, pero a las 8:00 de la noche Johanna no apareció y empezó a preocuparse por su paradero. Intentó contactarse con el compañero de la mujer, pero él estaba de viaje en San Cristóbal (Venezuela), donde comercia con llantas.

“A las 8:30 de la noche  fui hasta la casa de ella y se me hizo raro que la reja del porche estuviera abierta y adentro, una luz encendida. Sin embargo, salí y dejé cerrado”, recuerda Kelly.

La noche del martes pasó y llegó la mañana del miércoles sin noticias del paradero de la mujer. Promediando las 10:30 de la mañana, una sobrina de Johanna llegó a visitarla.

“Le contamos a ella lo ocurrido y, de inmediato, partió el vidrio de la puerta y entró”, agregó Kelly.

Johanna Rincón estaba en el suelo, a un lado de su cama, vestida, boca abajo y con la cabeza tapada con una almohada. Alrededor del cuello tenía envuelta una toalla, empapada en sangre, y la habitación estaba revolcada.

Tomado de la Opinión

1 Realice Su comentario Aquí:

Anónimo dijo...

QUE SE PUDRA EN LA CARCEL,,MISERABLE