Del desplazamiento, a escultor de vida digna



Luego de sufrir el flagelo del desplazamiento de la violencia, en Bucaramanga, al lado de su esposa y sus tres hijos, Guillermo Hernández, de 43 años, no ha dejado que las adversidades sean un tormento para su vida.

Desde hace 20 años se desempeña como escultor de artesanías hechas en material reciclable, que le ha permitido vivir dignamente y, salir adelante con sus seres queridos.

Actualmente, Guillermo vive en el barrio San Gregorio, en Villa del Rosario. Al llegar al rancho de esta familia se aprecia un entorno de cultura y emprendimiento.

Anhela enseñarle su talento a otras personas. “Uno se muere y no hay que llevarse los dones que Dios le dio a uno”, dijo,  al dejar entrever que en su corazón mantiene la ilusión de compartir su talento con la comunidad.

Sus hijos le colaboran en lo que pueden en la elaboración de las artesanías y, cuando salen a venderlas.

Entre tuercas, botellas, latas, balineras, ventiladores y, muchas cosas más que para muchos son inservibles, para el escultor, son de vital importancia para la creación y evolución de su trabajo.

Guillermo tiene entre su exhibición de artesanías, helicópteros, carros clásicos, motos, aviones, buses, espejos y  relojes.

La vida lo ha golpeado, pero también le enseñó que nada es imposible, que puede haber dificultades, pero siempre habrá una esperanza de salir adelante dignamente.

“Gloria a Dios, porque esto me ha dado para sostener las cosas de la casa y lo que uno necesita. Ha sido un proyecto en el que Dios me enfocó en un talento y lo he sabido explotar”, aseguró, refiriéndose a su labor.

El escultor de vida recuerda que su primer trabajo fue un tanque, el que además afirma que no lo vende a ningún precio.

“Después de estar desempleado, y de ver que las cosas no me salían bien, le pedí conocimiento a Dios y, de repente hice un tanque, que no vendo por nada”, dijo Guillermo.

Para terminar una obra se tardaba entre cuatro y cinco días. 

Pero gracias al programa Ruta de Ingresos y Empresarismo (RIE) del Departamento de Prosperidad Social (DPS), operado por la Corporación Escuela Galán, quienes le donaron hace dos meses, un soldador, pistolas, compresor, y un estuche de taladro y, estantería, le mejoró el tiempo de trabajo, reduciéndolo a dos días.

Guillermo vende sus artesanías en Ureña y San Antonio (Venezuela) y, por encargo, a   compradores en Villa del Rosario.

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