Preocupación por desborde del mototaxismo



El fenómeno del mototaxismo en Cúcuta pasó de ser una simple sospecha de las autoridades y transportadores formales, a convertirse en una amenaza que rueda a gran velocidad por todos los rincones de la capital nortesantandereana.

“Es una germinación que hay que cortar de raíz antes de que sea demasiado tarde”, dijo el pasado 31 de enero Germán Acuña, gerente de la empresa de taxis Iris, ante unos 600 taxistas que se habían congregado en la Plaza de Banderas para conocer de boca del alcalde Donamaris Ramírez Lobo el decreto sobre el taxímetro.

El empresario exhortó a gerentes y conductores de la mancha amarilla a mantenerse unidos y a conformar un bloque conjunto con las autoridades para frenar la avalancha en que se ha convertido en el último año el mototaxismo en Cúcuta.

Según los cálculos que hacen los gerentes de las nueve empresas asociadas en Asoempresas, unos 3.000 mototaxistas están movilizando pasajeros en las 10 comunas del casco urbano e, incluso, en los corregimientos de Aguaclara, San Faustino, San Pedro y Carmen de Tonchalá.

“Por esta razón es que le estamos exigiendo al alcalde que el pico y placa que se vaya a implementar este año, además de que incluya a todos los carros (particulares y públicos), también se haga con los motociclistas”, expresó el presidente de esta agremiación Carlos Alberto Sánchez Solano.

Igual petición hizo el presidente de la Asociación de Conductores de Taxis (Asoconductaxi), Pompilio Riaño, quien además recriminó a la Administración municipal por la ausencia de controles para impedir la presencia de taxis de otras plazas en Cúcuta. “La permisividad de Tránsito es descarada y por ello no solo taxis de municipios como Los Patios, El Zulia y Villa del Rosario, sino carros piratas procedentes de Venezuela están acabando con el transporte organizado”.

LA OTRA CARA

Benjamín Cuadros, de 25 años, bachiller del colegio Rivera Laguado, integra uno de los combos de mototaxistas que movilizan pasajeros de barrios del sur de Cúcuta como Cuberos Niño, Alfonso López, Santo Domingo y Camilo Torres.

Él dijo que se vio obligado a convertirse en ‘motopirata’ - como también se les conoce a estos motorizados informales- porque en ninguna empresa de la ciudad consiguió empleo. “Soy padre de dos hijos y no podía quedarme cruzado de brazos en mi casa esperando que me llevaran la comida”, dijo.

Al igual que este joven, otros con los que habló La Opinión en los sectores de EL Escobal, San Rafael y Lleras, también aseguraron estar metidos en el mototaxismo por culpa del desempleo.

Los pasajeros que se movilizan en esta modalidad de transporte, aunque admiten que abordan un servicio no autorizado, señalaron que se ven obligados por la ausencia de transporte público.

“No contamos con servicio de busetas y para abordar una de ellas debemos caminar más de diez cuadras, luego entonces a uno no le queda de otra que subirse a un motopirata, además porque nos sale mucho más barato”, manifestó Luz Marina Flórez, una madre cabeza de hogar que habita en la parte alta de Cuberos Niño, en el sur de Cúcuta.

Los reproches por este mismo hecho contra las empresas de bus urbano y la administración municipal también se hicieron sentir en la vereda El Pórtico, y barrios como Los Alpes, San Miguel, Cerro Norte y Cerro La Cruz, donde los habitantes aseguraron que ante la ausencia de buses el transporte más rápido, eficiente y barato para movilizarse hacia el centro y otros destinos de la ciudad lo tienen con los mototaxistas.

LA CONTRACARA

Los gerentes de las empresas de bus urbano defendieron su posición de mantener suspendidas las frecuencias en aquellos barrios en los que la presencia de ‘motopiratas’ sea alta.

“Si las comunidades no apoyan el transporte legal, nos queda difícil mantener las rutas”, dijo Carlos Peñaranda, asesor de gerencia de la empresa Transtonchalá.

La problemática –reflexionó el empresario- ha aumentado a niveles insospechados y a ella se suma ahora que muchos propietarios están desistiendo de reponer los buses que este año se tienen que chatarrizar. “No quieren seguir arriesgando su capital en algo que ya no está dando (rentabilidad)”, acotó.

En efecto, una directiva del Ministerio de Transporte ordenó que al 2014 todas las 1.400 lechuzas que integran el parque automotor de transporte público urbano deben salir a chatarrización, 400 de ellas este año.

Las pérdidas arrojadas por el mototaxismo a las empresas de taxi superan el 40 por ciento, según manifiestan voceros de la mancha amarilla. El presidente de Asoconductaxi,  Pompilio Riaño, señaló que un 30 por ciento de los 10 mil conductores del gremio han tenido que buscar trabajo en otros oficios, “sencillamente porque la rentabilidad se vino al piso. De un diario de $60.000 que producía una jornada de ocho horas, ahora solo está dejando $25.000 y en el mejor de los casos $30.000, lo cual no nos deja ganancia a los conductores”.

“No vamos a permitir que se pasen la ley por la faja”

El alcalde Donamaris Ramírez Lobo respondió a las críticas que conductores empresarios y conductores de taxi y bus urbano le hicieron por la ausencia de controles efectivos y permanentes contra el transporte pirata.

Tanto la Policía como Tránsito y Transporte tienen órdenes precisas de impedir la presencia de mototaxistas y otros transportadores piratas en el casco urbano. “No vamos a permitir que se pasen la ley por la faja”, sentenció el gobernante.

En este objetivo, el secretario de Tránsito del municipio, Néstor Javier Ardila Lozada, reportó que en una primera fase que ya despegó se pondrá freno a los 120 paraderos (terminales) que los mototaxistas tienen en las distintas comunas de la ciudad.

La problemática –reveló el funcionario- se está agudizando por la entrada a la ciudad de motos venezolanas, lo cual se disparó por cuenta de la caída del Bolívar. La información que se maneja de este fenómeno es que en los últimos meses han ingresado a Cúcuta 4.000 motos procedentes de Venezuela.

Ya estamos tomando medidas para contrarrestar el fenómeno, ya que estas motos no cuentan con los permisos para circular en la ciudad, dijo Ardila Lozada.

Agregó que las sanciones para quienes sean sorprendidos conduciendo estas motos es la retención por cinco días del vehículo; si reincide se extenderá por 20 días, y en la tercera ocasión la retención será por 40 días y será causal de la pérdida del vehículo.
(Tomado de la Opinion)

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