Estaba sentado bebiendo cuando le dispararon

Llevaba 15 minutos en un estanco del centro de Villa del Rosario. Había pedido “aguardiente”, dice un testigo bajo anonimato. Se sentó en el andén y, repentinamente, le dispararon en la cabeza.

Eran las 10 de la noche del sábado. Jose Luis Matamoros Díaz quedó tendido en el suelo sobre la carrera 8 con calles 4 y 5 de ese municipio metropolitano, a 20 minutos de Cúcuta.

Lo baleó “un hombre, quien llegó a pie y se fue a pie”, afirma el coronel Javier Francisco Mora Jiménez, comandante Operativo de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc).

Sus declaraciones dejan al descubierto los datos recolectados por investigadores de la policía judicial. 

Sin embargo, parientes del comerciante de gasolina escucharon de testigos una versión diferente.

“Nos dijeron que se escucharon varios disparos. Se sintieron en un colegio ubicado en la esquina, al otro extremo de la cuadra. Mi hijo al darse cuenta de lo que estaba pasando se paró para refugiarse y lo alcanzó una bala”, explica su madre. “No venían a matarlo. Fue una bala perdida”.

En su relato, la progenitora agrega que testigos negaron haber visto que un pistolero se le haya acercado a Matamoros Díaz.

Comerciantes del sector manifestaron ayer en la mañana no haber presenciado el momento del crimen porque ya habían cerrados sus negocios.   

Habitantes del sector, en medio de su hermetismo, confirmaron que no escucharon algún tiroteo, en una época en la que los disparos se suelen camuflar entre los estallidos de pólvora. 

“La bala impactó en el cuello, cerca de la vena aorta”, reitera la madre. “Si se hubiera tratado de un asesinato le pegan cinco o seis tiros”.

Ese sábado, la víctima no trabajó. “Estuvo todo el día en la casa. Me puse a lavar y se ofreció a cocinar los alimentos del almuerzo. Mientras preparaba todo incluso bailaba”, dijo un familiar al ser consultado en su casa, a unas 20 cuadras de donde se registró el atentado. “En la noche también preparó la cena”.

Finalizadas las labores de la casa, salió y jamás volvió. Un vecino llevó a la vivienda la trágica noticia. “Asesinaron a Jose Luis en el estanco”.