Precio del bolívar sigue en picada


El precio del bolívar con respecto al peso colombiano continúa en decadencia en el mercado cambiario de la frontera, todo lo contrario a lo que se esperaba con la entrada en vigencia del nuevo esquema (sistema de bandas) del Banco Central de Venezuela.

El ente emisor diseñó hace varias semanas el sistema de bandas para cotizar el precio del dólar, que es utilizado, entre otras cosas, para realizar importaciones, y por el cual se creyó, se regiría la conversión bolívar-peso en la frontera.

De acuerdo con los operadores, a través de ese esquema de bandas del BCV, el dólar se está cotizando a 5,3 bolívares fuertes. Con ese valor, al hacer la conversión de bolívares a pesos, el precio de la moneda venezolana sería de 36 centavos de peso. Sin embargo, la cotización que registra actualmente en el mercado cambiario fronterizo es muy inferior al precio considerado oficial.

Con la puesta en práctica del esquema de bandas, se creó gran expectativa en la actividad económica de la frontera, al preverse un repunte del precio de nuestra moneda con respecto al peso, no obstante, varias semanas después de su implementación, el valor de la moneda venezolana se ha devaluado aun más, causando impacto desfavorable y preocupación en los sectores comercial y productivo de San Antonio, Ureña y Cúcuta.

Los operadores cambiarios de la zona sostienen que el bajo precio del bolívar obedece a la poca demanda que hay en el mercado, y ven difícil que la moneda venezolana se pueda llevar a su justo valor, mientras no haya una intervención de los gobiernos de Caracas y Bogotá, que regule oficialmente el cambio en el área fronteriza.

La conversión bolívar-peso en la frontera colombo-venezolana se sigue rigiendo por el mercado libre del dólar. La decadencia del bolívar sigue impactando la actividad comercial y productiva de las poblaciones limítrofes. Aunque la actual conversión favorece a los visitantes colombianos, en el comercio de San Antonio y Ureña no se observa gran afluencia de compradores, mientras que al comercio de Cúcuta no acuden tampoco los clientes venezolanos porque el cambio no les favorece económicamente.

También la industria y prestadores de servicios venezolanos, que ocupan mano de obra extranjera, están sintiendo los efectos de la decadencia del bolívar, por cuanto, en medio de la difícil situación económica que se vive, los empresarios se ven obligados a compensar, de alguna manera, el salario del trabajador extranjero que labora en territorio venezolano pero vive en Colombia.

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