Lamentable

Por: Luis Arturo Melo

Como todos los años, la Honorable Academia de Historia de Norte de Santander, programó sus actividades solemnes de conmemoración de la Campaña libertadora y nuestra fiesta de independencia el pasado siete de agosto que para nosotros los colombianos debe ser sagrado, sacratísimo como nos enseñaron las terciarias dominicas, Como lo es el 14 de julio para los franceses, o el 4 de julio para los Norteamericanos, o el 10 de octubre para los cubanos, el 12 de octubre o día de la hispanidad para los españoles o el 14 de mayo para los Israelíes.

Las naciones con historia siempre son grandes, de la misma medida que los que la destruyen, o la ignoran, los posee el desarraigo y se desintegran. Sí, fue lamentable que en nuestra fiesta de la independencia, en el acto solemne de nuestra academia de historia no asistiera el Señor Gobernador del Departamento, que andaba politiqueando con sus candidatos y su banco de maquinaria, usurpándole las competencias a la Señora Alcaldesa. Lamentable también que la señora Alcaldesa que también fue invitada, no asistiera impedida por la resaca de la celebración que destruyó las ilusiones de los inexpertos revocadores del mandato. Lamentable que no asistieran los miembros del cuerpo consular, pues lo modales, la etiqueta y el glamour diplomático hay que conservarlo como lo conservaron los concertistas del Titanic a punto de hundirse. Lamentable la inasistencia de los alcaldes metropolitanos en especial la de la Alcaldesa anfitriona que le dio por imitar al inefable Socha. Lamentable que no asistieran los presidentes de la honorable Asamblea Departamental y de los honorables Concejos de Cúcuta y Villa del Rosario. Lamentable la inasistencia de las autoridades eclesiásticas y religiosas invitadas. Lamentable la inasistencia del presidente de la Cámara de Comercio de Cúcuta, una entidad que fue tan respetable y tan representativa de la honorabilidad de la ciudad.Pero la más notoria y la más lamentable, fue la inasistencia a las actividades conmemorativas de la independencia patria, de nuestro generales y coroneles del Ejército y de la Policía acantonados en Cúcuta. ¿Dónde andarían? Solo Dios lo sabe.El último error en que puede caer el liderazgo de una nación, de una comunidad, de una región es su proclividad al desarraigo, que es como la enfermedad terminal del patriotismo. Que los líderes de la región, estén tan lejanos de los sentimientos que unen a los cucuteños comenzando por el patrio, es tanto como renunciar a la dignidad, a nuestros ancestros, a la memoria tutelar de nuestros héroes, es renunciar a tener historia y símbolos, que es la razón de ser de toda organización social.Así, ¿Cuál puede ser el futuro de Norte de Santander y el de su capital? Un futuro incierto el de los desarraigados.