Parlamento pedirá que reposen en el Panteón Nacional
El historiador Pedro Freser hizo la solicitud al parlamento
Con las actividades por el bicentenario de la Campaña Admirable y exaltando la significación del 19 de abril de 1810 para la emancipación de los pueblos de América, el historiador Pedro Freser solicitó que el Consejo Legislativo eleve el clamor del pueblo tachirense para que los restos de Juan Germán Roscio sean devueltos a su patria natal y se le confieran los honores del Panteón Nacional, a través de la Asamblea Nacional, propuesta aprobada por mayoría parlamentaria. Ante la solicitud del historiador Pedro Freser, de repatriar los restos de Juan Germán Roscio, la presidenta del Parlamento manifestó su satisfacción y su encargo de elevar esta solicitud a la Asamblea Nacional para que las cenizas de este insigne venezolano sean repatriadas y llevadas al Panteón Nacional, donde deberían estar desde hace mucho tiempo descansando, al lado del Libertador y de todos los héroes de la Independencia.
En este sentido, el historiador exhortó a los diputados tachirenses a que reciban y acojan con respeto esta solicitud y eleven al presidente Hugo Chávez esta propuesta de repatriación de los restos mortales de Juan Germán Roscio, líder de los acontecimientos históricos del 19 de abril de 1810, y que el próximo año se cumplirán 200 años. Destacó el historiador que en la celebración del bicentenario del grito del 19 de abril deben tomarse en cuenta los méritos de este insigne venezolano, como el líder de aquel grito del 19 de abril, donde expresó claramente su criterio revolucionario en contra del Imperio Español que pisoteaba nuestros territorios. De allí que, siguiendo los lineamientos del comandante Hugo Rafael Chávez Frías, a través del ministro Héctor Navarro y de los directores de las zonas educativas, se ha considerado que Juan Germán Roscio debe volver a la tierra venezolana, pues el hijo de San Francisco de Tiznados, estado Guárico, dejo plagada de satisfacción libertaria una de las páginas que recoge el libro de actas del ayuntamiento de Caracas, donde quedó marcada su posición ese 19 de abril, al enfrentar al capitán general Vicente Emparan y lo hizo regresar hacia el ayuntamiento y le exigió entregar el poder a una Junta de Gobierno. Dijo que fue este ilustre venezolano "el padre de la naciente libertad, tal como fue catalogado por Don Andrés Bello, el redactor del acta del 19 de abril, acompañado de Francisco Isnardi, quien por infinidad de méritos y de glorias debe volver a su tierra venezolana, pues inspirado, como los evangelistas de la Biblia, dejó plasmada nuestra primera Constitución, sancionada el 21 de diciembre de 1811, y quien le da el espíritu de vida libertaria, después de la caída de la primera República ante la capitulación de Monteverde, y enaltece al gentilicio venezolano con la autoría del libro Triunfo de la Verdad sobre el Despotismo”. El historiador señala que muchos olvidamos a Roscio, que nos dio en el papel la libertad y quien expresó “seguid el ejemplo que Caracas dio”, "mensaje que exhortó a recordarlo a los niños, niñas, adolescentes, maestros y a todos los venezolanos y en cada uno de los proyectos educativos, porque no puede ser un acto más, el 14 de mayo de 1814, cuando recibían al Libertador en San Cristóbal, con una semblanza extraordinaria, acompañado a su derecha de la libertad y de dos hermosas damas, Juana Pastrana Salcedo, hija de Capacho, y su amor eterno, Manuela Sáenz, así como María del Carmen Ramírez, heroína, que a dos cuadras de la plaza recibieron al Padre de la Patria".
Tomado de la Nación
'Juan Germán Roscio fue enviado por Bolivar a la Villa del Rosario a instalar el Congreso de la Gran Colombia, muere el día 10 de Marzo de 1821 a causa de fiebre amarilla y sus restos reposan en la Capilla de Santa Ana junto a los restos de Luis Eduardo de Azuola quien fue enviado a Instalar el congreso y muere igualmente por fiebre amarilla 35 días después de la muerte de Juan Germán Roscio, luego del terremoto de 1875 estos restos fueron removidos'
Capilla de Santa Ana: En esta histórica Iglesia de la cual no quedan sino los cimientos, fué bautizado el General Francisco de Paula Santander el 13 de abril de 1.792. En 1.821 fué convertida en un mausoleo para recibir los restos de dos vicepresidentes de la república, Juan Germán Roscio(venezolano) y Luis Eduardo de Azuola(bogotano).
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Fue Roscio uno de los verdaderos "cerebros" de la República. Lamentablemente, la ausencia de hombres como Roscio es lo que ha hecho de este país lo que somos: un pueblo de bochinche y golpe. Lo que a mi me entristece es ver tanta sangre derramada, tanto esfuerzo gastado y tantas personas brillantes en el pasado y aun 200 años después seguimos siendo un conuco con bandera, ahora con ocho estrellas.
Esto era lo que faltaba: el saqueo del patrimonio histórico de Villa del Rosario por cuenta de la Academia de Historia del Táchira.
Hace tres años pretendieron hacer lo mismo con los restos del padre Manuel María Lizardo, constructor del Templo Histórico, cuyas cenizas reposan en el cementerio de la ciudad en el mausoleo que comparte con el no menos importante padre Marco A. Mora, autor a su vez del nuevo templo que se erige en honor de Nuestra Señora del Rosario y que fuera levantado con ocasión del traslado de la nueva ciudad a la colina del barrio Los Ejidos(barrio Centro), después del sismo de 1875.
En aquella ocasión (año 2006)la Academia de Historia del Norte de Santander y Monseñor Urbina, a la sazón obispo de Cúcuta, habían autorizado sin ningún respeto por nuestro acervo histórico la "repatriación" de los restos del primero de los prelados a San Cristóbal que reclamaba su paternidad, aun cuando se sabe que el padre Lizardo es oriundo del Estado Zulia.
Sin embargo, gracias a la comunidad que se movilizó y recogió las firmas necesarias para evitar este despojo, y a la solidaridad del párroco Alberto Echeverri Rodríguez, fue aplazada esta tentativa por parte de los académicos venezolanos que hoy vuelven a la carga tratando de "rescatar" mediante un trámite burocrático los restos del doctor Roscio después de 188 años de reposo tranquilo e ignorado en la Capilla Santa Ana. Y que,a juzgar por el abandono de nuestro herencia cultural y por el desarraigo de la mandataria que tenemos, estamos seguros, se va a permitir este pillaje patrimonial.
Así, con la demolición de las antiguas edificaciones de la ciudad, la ruina de nuestros monumentos históricos y ahora el saqueo de los restos de los próceres que murieron en la capital de la Gran Colombia, conjugado con la corrupción y la ingobernabilidad regional, vamos hacia una previsible bancarrota histórica y cultural.
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