Crisis de la frontera frena la economía de Cúcuta


Un mes después del cierre de la frontera con Venezuela, el área metropolitana de Cúcuta ya siente los efectos en su economía.

Sectores como el del carbón, agencias de viajes, restaurantes, centros comerciales, venta de ropa, calzado y transporte se han visto afectados. Mientras que para los supermercados, droguerías y estaciones de servicio las ventas se han incrementado.

Aunque la ciudad y la región ya no dependían enteramente de su relación comercial con Venezuela, como hasta hace dos décadas, todavía la influencia económica era grande, tanto en el sector formal como en el informal.

El comercio ya ve la caída en el consumo por la falta de ingresos en muchas familias y el recorte en gastos que hacen las personas en épocas de incertidumbre.

Gladys Navarro, directora ejecutiva de Fenalco Cúcuta, afirmó que esa falta de liquidez se agravará si la frontera permanece cerrada, porque aunque los venezolanos no venían a comprar por la situación económica de ese país y el diferencial cambiario (un bolívar equivale a 0,005 pesos), muchos cucuteños se beneficiaban de los negocios formales e informales propios de una línea fronteriza.

LOS QUE PIERDEN

El sector del carbón ha sido uno de los más afectados, pues la mayor parte del mineral que se destina para la exportación, (80% del total de la producción del departamento), salía por el lago de Maracaibo (Venezuela), debido a los bajos costos.

“Este negocio aporta unos 1.000 millones de pesos diarios y produce unos 25.000 empleos entre directos e indirectos”, explicó Jaime Rodríguez, presidente ejecutivo de Asocarbón.

Un gremio totalmente golpeado es el de las casas de cambio, las cuales han visto reducidos sus negocios hasta 97 %, dada su dependencia exclusivamente del intercambio comercial.

Además, el presidente venezolano Nicolás Maduro las acusa directamente de una ‘guerra económica’ por manipulación y devaluación del bolívar.

“Somos 300 casas de cambio autorizadas con unos 1.200 empleos directos. Y tenemos el grave inconveniente que no tenemos alternativas como los otros sectores afectados”, manifestó Juan Fernando González, presidente de Asocambios en Cúcuta.

Las agencias de viajes también sufren, ya que su principal fuente de ingresos eran los viajes a la isla venezolana de Margarita. Martha Ujueta Suárez, presidenta de Anato Cúcuta, comentó que las ventas han caído hasta 70 %, poniendo en riesgo unos 700 empleos directos que generan las 120 agencias de viaje de la ciudad.

Así mismo, por el descenso en el consumo, el volumen de negocios en restaurantes, centros comerciales, almacenes, hoteles y taxistas ha caído descendido un 30 %.

Pero lo más difícil, para una ciudad con uno de los desempleos (14 %) y tasa de informalidad (70 %) más altas del país, es que ya comenzó el despido de trabajadores.

En el sector carbonero han sido cesados unos 300 empleados, en las agencias de viajes y casas de cambio ya ha habido algunos despidos y otros dieron vacaciones colectivas a sus trabajadores.

INFORMALES TAMBIÉN SUFREN

Los informales son los más afectados por el cierre de la frontera, entre ellos se cuentan los 5.000 ‘pimpineros’, los centenares que se dedican al cambio de divisas en las calles de la ciudad y puentes fronterizos, los del ‘bachaqueo’ (que pasan pequeñas cantidades de productos desde Venezuela), los mil mototaxistas que transportan gente a través de los puentes y los que venden productos de contrabando.

Son miles de personas que llevan un mes sin recibir un solo peso y muchos ya no tienen ni para la comida.

“Me tocó fiar en la tienda, pero ya la dueña me dijo que no podía más porque ya le había fiado a mucha gente. Y nadie tiene plata para prestar”, contó Juan Sandoval, habitante del barrio Aeropuerto, quien ha trabajado por casi 30 años en el negocio de la gasolina de contrabando.

El comercio cucuteño se ve afectado porque “los que trabajaban de manera informal compraban muchas cosas a crédito (motos, ciclas, electrodomésticos) y al no tener con qué pagar se ve perjudicada toda la cadena del comercio”, concluyó la directora ejecutiva de Fenalco.

LOS QUE GANAN

Entre los negocios beneficiados por el cierre figuran las estaciones de servicio, supermercados y droguerías. Las primeras, las más perjudicadas por el contrabando de combustible, están vendiendo todo el cupo de 7,3 millones de galones que asignó el Gobierno Nacional al departamento para este mes.

“Las ventas se han incrementado en 60 % para todas las estaciones”, explicó María Martínez, directora ejecutiva de Fendipetróleo Norte de Santander.

Las droguerías y tiendas de víveres y abarrotes también han aumentado sus ventas alrededor de 20 % pero temen una caída del consumo en el mediano plazo.


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