En la frontera venezolana no sólo se ha visto reducida la actividad comercial propia de la zona, sino que también ha sentido el impacto negativo de la reducción de las operaciones de comercio binacional que se efectúan a través de la región limítrofe entre Táchira y Norte de Santander
La presidenta de la Cámara de Comercio de San Antonio, Isabel Castillo, indicó que esta institución gremial ha realizado encuestas entre las empresas afiliadas para conocer el desarrollo de su actividad, pero también recibimos información de otros gremios, como la Cámara de Integración Económica Venezolana-Colombiana, que maneja los indicadores de una manera amplia de la actividad comercial que se da entre los dos países.
Según las cifras que maneja Cavecol, el intercambio binacional en los primeros meses de este año se redujo 36 por ciento, al pasar de 709 millones de dólares entre enero y abril de 2014, a 457 millones de dólares en el mismo lapso de 2015.
En lo que respecta específicamente a las importaciones de productos colombianos, estas cayeron 31 por ciento en el mismo período de 2015, en comparación con enero-abril de 2014, alcanzando apenas los 371 millones de dólares. De acuerdo con el informe de Cavecol, la crisis económica y la inestabilidad política de Venezuela, sumado a la falta de garantías de pago a los exportadores, hicieron que la venta de productos y materias primas desde Colombia hacia Venezuela siguieron disminuyendo durante los primeros meses de 2015.
Por su parte, las exportaciones venezolanas hacia Colombia disminuyeron 49 por ciento, llegando a la cifra de 86 millones de dólares en abril de 2015. La presidenta de la Cámara de Comercio de San Antonio afirmó que la reducción tanto de las importaciones como de las exportaciones entre Colombia y Venezuela por esta frontera, ha impactado negativamente en el sector de las agencias de aduana, almacenadoras y empresas de transporte, muchas de las cuales han cerrado sus puertas y otras han reducido significativamente su capacidad operativa.
“Esta situación viene ocurriendo desde hace algunos años y ha conllevado a que los propietarios de muchas empresas de transporte, agencias de aduana y almacenadoras, hayan optado por cambiar de actividad comercial”. El descenso de la actividad que desarrollan estos prestadores de servicio vinculados al comercio internacional, ha incrementado el desempleo y las pocas empresas que se mantienen apenas hacen lo de sobrevivir, añadió Castillo.
Agregó que en todo el sector de auxiliares de la administración aduanera (agentes de aduana, almacenadoras y transportistas privados) hay gran incertidumbre no sólo por la caída de las operaciones de importación y exportación, sino también por las modificaciones de las que fue objeto la Ley Orgánica de Aduanas y otras normativas vigentes, las cuales han empeorado la actividad que venían desarrollando y posiblemente lleve al cierre definitivo de estas empresas.
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