Juan Frío: no hubo solución para agua con heces



En estanques varias de las familias tiene cachamas. También usan el líquido, proveniente del río y de cañadas, para regar los cultivos. 

‘Próximamente’, pero sin citar fecha, los habitantes del corregimiento de Juan Frío, en Villa del Rosario, tendrán una planta de tratamiento para el agua que consumen. 

La misma agua que hoy día consumen  todos, a sabiendas de que contiene una bacteria que se encuentra en las heces de los mamíferos y que puede ser agente de graves enfermedades.

El acueducto veredal, según se comprobó, conduce agua contaminada con materia fecal. 

Agua para 2 mil 500 personas

El término ‘próximamente’ proviene del secretario de Agua Potable y Saneamiento Básico de Norte de Santander, Luis Jairo Mendoza Ferreira, al referirse a la única solución que tiene esta población –de 2 mil 500 personas– para evitar que se enfermen con la bacteria Escherichia colli, producto de los excrementos que se lleva el agua a su paso por fincas y cañadas, y que va a dar a las casas de la gente de Juan Frío.

“Próximamente, en los centros poblados donde no haya plantas de tratamiento se va a cumplir la construcción de estas, a través de la Secretaría de Aguas, en municipios que pertenezcan al Plan Departamental de Aguas”, dijo Mendoza.

Afortunadamente para Juan Frío, Villa del Rosario hace parte del Plan Departamental de Aguas, aunque para sus pobladores esto no es garantía, ante la falta de compromisos sobre cuándo se podrá construir la planta.

“Con Centrales Eléctricas de Norte de Santander, a través de recursos del Sistema General de Regalías, el gobernador (Edgar Díaz) va a disponer de mil millones de pesos para construir plantas pequeñas de tratamiento en los centros estudiantiles en todas las veredas del departamento”.

Pero hasta tanto tenga más peso el término ‘próximamente’, que la salud y la vida de todo un corregimiento, los habitantes de Juan Frío seguirán consumiendo agua con excremento, sin ningún tipo de control o ayuda de las autoridades locales ni gubernamentales.

‘No tengo una varita mágica’

“Desafortunadamente así son las cosas. No puedo decirle mentiras a la gente y no tengo una varita mágica para ir y pegarle a la peña, y que salga agua de calidad uno A”. 

Estos son apartes de una entrevista con el funcionario, quien recalcó en que la responsabilidad de que esta comunidad no reciba un servicio óptimo y potable es del suspendido alcalde, Carlos Julio Socha. 

Para María Cruz, una de las encargadas del acueducto de Juan Frío, la responsabilidad recae tanto en la Alcaldía, como en la Gobernación y en el Gobierno Nacional, al relatar que todo esto inició en 1998, cuando se trabajó un proyecto bajo la modalidad comunidad-gobierno, en la que a la gente le proporcionaron tuberías e infraestructura para hacer un acueducto veredal.

“Recuerdo que cuando Socha fue alcalde la primera vez, nos dijo que si no éramos capaces de hacernos cargo del acueducto, que se lo entregáramos, pero es que esa no era la solución, porque la gente no deja que les quiten el agua. Sabemos que a este acueducto llegan aguas negras hasta de Ragonvalia y Herrán, porque estas son cañadas y nacientes que vienen desde las montañas”.

Enfermedad estomacal

“Hay trabajadores de fincas que no tienen pozos sépticos  ni letrinas y hacen sus necesidades a las orillas de los ríos. Los animales se se meten a las nacientes y hacen lo mismo”, comentó la encargada. 

Lo cierto es que a personas como Glenda Camila Martínez, una de las habitantes de Juan Frío, le preocupa que esta bacteria sea la razón por la que su hija de 3 años haya estado hospitalizada hace dos meses, luego de que un médico del municipio le descubriera una bacteria estomacal.

“Tengo una pequeña fábrica donde se hacen carteras. Los trabajadores me piden mucha agua y yo les doy siempre agua hervida. Por eso estoy buscando filtros para tratar el líquido, pero no ha sido posible contactar una empresa seria que los instale, entonces toca seguir hirviendo en el agua, pero eso es un gasto constante de gas”. 

“También compramos muchos botellones de agua solo para los teteros de los dos niños, sin contar con que de todas maneras nos llega un recibo por el agua de la llave. Y aún así la niña se me enfermó; todo esto es muy preocupante, pero a las autoridades como que no les importa”.

Una res muerta

Ella aseguró que la semana pasada, cuando La Opinión publicó la primera nota sobre este tema, un grupo de sus trabajadores fueron hasta el lugar de captación del agua, a tres horas y media de Juan Frío para ver en qué estado se encontraba el agua.

“Ellos fueron con el señor Darío Navas, encargado del acueducto, y encontraron una res muerta a la orilla de la naciente. También vieron aguas negras y vieron que sí era verdad lo de la contaminación”, agregó Glenda Camila.

Otra preocupación para los habitantes es que en los cultivos también se trabaja con agua contaminada, pues en Juan Frío no hay alcantarillado. Los cultivadores señalaron que esta agua no es de la cañada, pero sí del río Táchira, y no es tratada. Incluso, cerca a las legumbres hay rastros de aguas negras que están afectando estos cultivos.

Las frases de Mendoza Ferreira

“No se ha actuado antes porque no es competencia de la Secretaría de Aguas destinar recursos para esto. Aclaro que es responsabilidad del alcalde, quien maneja recursos del Sistema General de Participación. El alcalde de Villa del Rosario fue quien juró cumplir con la Constitución, con las normas legales  y velar por los servicios de la gente. Ojalá no se presente una epidemia en esta localidad”.

“En el sector rural no hay servicios óptimos y hemos descuidado, quienes tenemos la responsabilidad tanto de acompañar y asesorar a las empresas, como las administraciones municipales, de prestar eficientemente los servicios. Yo hice lo que tenía que hacer: advertir al alcalde”, puntualizó el secretario de Aguas.

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