Los bolívares retornan al país en manos de nortesantandereanos que buscan comprar a mejores precios.
Ante los controles de los cuerpos de seguridad para evitar el contrabando de extracción, enmarcados en la llamada “Ofensiva Económica”, el ingenio de los habitantes de la frontera se pone a prueba, llegando a límites inimaginables, para sacarle provecho a cualquier circunstancia que se le presente.
Últimamente, debido a la ventaja que tienen los vecinos de Norte de Santander, con un peso colombiano por encima del valor del bolívar nuestro, se desató un microcontrabando de extracción conocido como el “bachaqueo”: pequeñas cantidades de alimentos, que eran llevados por miles de personas a diarios como si fuera su mercado diario, utilizando bolsas negras y no en cavas como antes, para luego venderlo al otro lado de la frontera. Son transacciones rápidas: entregas la mercancía y recibes el pago en el acto… tres veces más de lo invertido.
El negocio parecía renovado y en efecto, así era, hasta el punto que muchos decidieron cerrar sus pequeños negocios y darle “carta abierta” a sus empleados para que fueran a realizar dos o tres viajes diarios debido a la cercanía.
Como la situación fue tan evidente y ya se utilizaban las unidades de transporte Bolivarianos como depósitos de este método del vulgar “bachaqueo”, se iniciaron los controles para evitar que se siguiera con ese desangre de los productos subsidiados de la dieta diaria del venezolano.
Allí comenzó a ponerse a prueba el ingenio de quienes viven del negocio del contrabando, ahora no es solo bachaqueo con alimentos, sino con billetes de 100 o 50 bolívares.
Hasta hace poco no se entendía cómo era el beneficio del extraño negocio, pues se trata de vender billetes, sobre todo los de alta denominación.
Extrañamente, el colectivo empezó a notar que los bancos en el Táchira, para cambios de cheques, entregaban era billetes de 20 o 10 bolívares, nunca los de cien, a menos que se tuviera –según el pueblo- un contacto con los cajeros. Las averiguaciones se hicieron y resulta que ahora hay “bachaqueo de billetes”.
Se llevan para Cúcuta grandes cantidades de dinero (en efectivo) sin importar el riesgo que se corre, y una vez cruza la frontera se lo reciben y le otorgan un beneficio que se entrega en transferencia electrónica en el acto.
Reactivado “el cambiazo”
La modalidad que antes se le llamaba “el cambiazo” pareciera haberse reactivado, hasta el punto que los billetes de alta denominación en el Táchira: 100 y 50 están escasos y los bancos no dan explicación de por qué sacan de 10 y 20 bolívares los billetes.
Se afirma que ahora venden un billete de 100 bolívares por 140, billetes que regresan al país, pero en manos de compradores colombianos, quienes aprovechan el diferencial cambiario para hacer como antes con el viejo Miami de: “¡está barato!, dame dos” al llegar a San Cristóbal, sobre todo comprando productos regulados, que luego son llevados de contrabando.
Todo el mundo sabe que a solo cinco minutos de San Antonio, en la población de La Parada, sin necesidad de llegar a Cúcuta hay negocios por montones de cambistas que no ponen ningún reparo cuando de negocios se trata, sobre todo si muestras el “fajo” de “marrones”, para que se haga la transferencia electrónica con su respectiva ganancia, porque ahora es más rentable llevar los bolsillos llenos de billetes que las bolsas negras repletas de comida, pues se reactivó “el cambiazo” que tiene escasos los de 100 y 50 bolívares… Son realidades de los que muchos creían, eran cuentos de frontera.
Realidades
Se afirma que el negocio de la venta de billetes de 100 y 50 bolívares ha ido creciendo, pues se pagaba de incentivo 20 bolívares por unidad y ahora va en 30 y 40 bolívares, porque no hay necesidad de llevar bultos de productos alimenticios o de aseo personal, ahora solo se lleva el tanque del vehículo full y los bolsillos a reventar para concretar el gran “cambiazo”.
Se dice que el “bachaqueo” con billetes es más fácil el traslado tanto para quien lo lleva a Colombia, como para quien luego lo trae a Venezuela a buscar lo que quiera llevarse, por aquello de que le “rinde” el peso en relación al diferencial cambiario con el bolívar, “porque para ellos (en Cúcuta) ahora todo está barato en el Táchira”, dijo Ana Salas.
Se afirma que el año pasado, militares adscritos al Destacamento de Fronteras N° 13 del Comando Regional N° 1 de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) detuvieron a dos venezolanos que contrabandeaban 535 mil bolívares en billetes de alta denominación, en la localidad de Colón, capital del municipio Ayacucho.
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