Matoneo en Villa del Rosario


El colegio Manuel Antonio Rueda Jara es donde estudia Gabriel Andrade, quien cursa segundo grado de primaria. En esta institución de Villa del Rosario es donde se viene presentando el caso de violencia escolar.

“Empezó con un moretón pequeñito en la espalda, y ahora llegó con este grande”, fueron las palabras de Esperanza Andrade*, para contar el sufrimiento que vive su hijo Gabriel* en el colegio Manuel Antonio Rueda Jara, Villa del Rosario.

“Él tiene siete años, va en segundo y tiene dificultad para aprender; no es un niño de su edad, según el neurólogo tiene una personalidad de 5 o 6 años”, explicó la mamá. “La última agresión la tuvo el viernes”.

Según Andrade, no entiende por qué le pegan al niño en el colegio y la profesora titular no le informa a la acudiente cuando va a recogerlo.

“Tuvimos que esperar a que él mismo contara qué le había pasado”, aseguró con molestia la mamá.

 “Yo iba a salir a descanso, y él no me dejó; es un niño grande”, dijo Gabriel de su agresor.

No es la primera vez que sufre matoneo en el colegio; le han partido los lentes y una vez llegó con un moretón en el ojo, aseguró la abuela del niño.

Agregó que los profesores han sido groseros con ella al momento de ir a hablar sobre el caso. “Ya no se qué hacer, he intentado de todo y los profesores no colaboran”, dijo Andrade.

El niño estaba estudiando en la jornada de la mañana, pero en prevención de una situación similar decidieron cambiarlo para la tarde. No funcionó, dijo desilusionada la mamá.

La familia del niño se siente discriminada por parte de los directivos de la institución. Según la madre, la han citado a reuniones y cuando llega le dicen que jamás las han llamado, además, en algunas ocasiones no hansido invitada a las escuelas de padres.

Luz Mary Caro, coordinadora de la institución, dijo que hablaron con el supuesto agresor, quien aseguró que nunca lo hizo.

Aseguró que se les ha inculcado a los niños el respeto entre ellos, pero que no se puede negar que el niño también golpea a los demás. “Es casi imposible evitar que los niños peleen”, dijo.

Añadió que la profesora encargada del curso siempre está pendiente del niño y le da un trato diferente, porque hay que tenerle más paciencia que a los demás. Las tareas para él son menos complicadas.

Se intentó hablar con el rector del colegio el lunes en la mañana, en la tarde y el martes, pero no fue posible encontrarlo, tampoco al personero estudiantil; la profesora titular del estudiante no quiso dar declaraciones.

*Nombres cambiados.
(Tomado de la Opinion)

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