Las denuncias radican en que los mercados, además de la carne y el pollo, han llegado en estado de descomposición, lo que se convierte en un problema para la población infantil.
No son nada halagüeños los comentarios que se hacen en torno de la Corporación de Servicio Pastoral Social (Cospas), de la Diócesis de Cúcuta, que este año será el encargado de operar el programa de alimentación escolar para unos 84 mil niños pobres de fuera de Cúcuta.
Papás y docentes señalaron que recibieron con escepticismo la noticia de que Cospas será el responsable de la alimentación.
David Sepúlveda, docente del centro escolar de La Parada, en Villa del Rosario, donde reciben alimentos 600 niños pobres, denunció que las quejas contra este operador que hasta el año pasado también manejó la alimentación en Cúcuta vienen desde 2003 cuando le fue retirado el contrato.
“En esa oportunidad se llevó el menaje y dejó el restaurante de La Parada sin nada, argumentando que le pertenecía”, dijo.
Este docente aseguró que las quejas estaban relacionadas con la calidad de los alimentos, es decir, el pollo y la carne llegaban en descomposición, “y de nada valía quejarse porque no se corregía nada”. Agregó que el mercado, además de llegar incompleto, también se recibía en mal estado.
Aseguraron papás de La Parada que ahora que Cospas vuelve a retomar el programa las cosas van a seguir igual.
Pero al problema de la calidad de los alimentos se suma que en muchos municipios los niños pobres aún no reciben la alimentación.
La directora municipal de salud de Pamplona Martha Maldonado Mateus informó que con Cospas se suscribió un contrato para el suministro de raciones alimentarias presentadas en 2.450 cupos para almuerzos y desayunos.
El contrato se firmó el 24 de enero para iniciar en los sectores urbanos y rurales sin embargo, en centros escolares como Santa Marta, esta semana no se había llevado ni desayunos ni almuerzos.
El año pasado se contrataron 3.500 raciones, de la cuales el municipio aportó 500 más.
En Ocaña, las autoridades aseguraron que este año el contrato aún no se ha renovado.
Un vocero de la empresa dijo que todo el programa está en ajuste, para corregir posibles falencias.
Sólo hasta marzo comenzaría a operar el servicio de restaurante, dijo Martha Arévalo, funcionaria de la secretaría de Educación, Cultura y Turismo.
En la actualidad se encuentra en proceso de revisión de la Oficina Jurídica del Municipio de Ocaña para determinar los términos de referencia y proceder a la contratación.
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