Mauricio Villán, jefe de Fiscalización de la entidad, quien confirmó que un funcionario de la Dian, adscrito a la subdirección de Importaciones resultó herido al ser atacados a piedra los ventanales del edificio, que a esa hora era abandonado por los empleados de la entidad.
Villán aseguró que el detonante de los enfrentamientos fue el decomiso de artículos de contrabando, entre esos un camión 350. El vehículo traía láminas de acrílico. El cargamento cayó en una de las múltiples trochas usadas por los contrabandistas para el paso de gasolina, carne, enlatados, electrodomésticos y otros artículos procedentes de Venezuela.
Según el funcionario, los vendedores informales atacaron la sede de la Dian, la cual intentaron incluso incendiar arrojando fuego sobre gasolina que regaron en las afueras del edificio.
La directora de la Dian aseguró que sus funcionarios fueron evacuados a tiempo, debido a la gravedad de las amenazas, luego de que pusieran a salvo valiosos documentos.
El coronel Gonzalo Carrero, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta , aseguró que alrededor de las 6:00 de la tarde un grupo de motorizados llegó a las instalaciones dela Dian en el corregimiento La Parada y empezó a destruirlas. Además incineraron un vehículo.
Otras fuentes señalaron que el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) llegó 30 minutos después de la asonada. Algunos papeles fueron, sin embargo, quemados por los informales. La importancia de estos documentos no fue precisada por los voceros de la entidad estatal. Villán aseguró que mañana sábado la institución laborará normalmente y no cesará un minuto en ejercer los controles de ley para luchar contra el contrabando.
Además del ataque a la Dian, responsable por el control de la mercancía que entra y sale, se presentaron disturbios en la Universidad de Pamplona. Encapuchados entraron a las instalaciones al final de la tarde, atacando a piedra y gritando consignas.
Una hora despues de haber comenzado los disturbios, se logró normalizar el paso en esta zona fronteriza.
¿El precio de la lucha contra la gasolina ilegal?
Fabio Fandiño Pinilla
El que hubiese transcurrido menos de 6 horas entre el anuncio de las autoridades de Cúcuta de multar a los conductores que en la calle se surtan de gasolina con pimpinas, y el ataque a las instalaciones de la Dian en el Puente Internacional Simón Bolívar dejó ayer de relieve las enormes dificultades a las que se enfrentan las estrategias que buscan reducir el ingreso de mercancía de contrabando al país, especialmente de combustibles.
Los incidentes -que al cierre de esta edición dejaban como saldo un herido, tres detenidos, cuantiosos daños materiales y numerosos contusos- son los más graves que se han registrado en los últimos años en cuanto suponen un ataque al corazón mismo de la entidad responsable por la lucha contra el contrabando.
Aunque teóricamente espontáneos –dado el malestar que produjo el decomiso de un camión cargado de láminas de acrílico procedentes de Venezuela- los violentos disturbios protagonizados por los vendedores informales surtidos por redes de contrabandistas -ligadas en muchos casos a bandas criminales- se añaden al difícil momento que se registra en la zona de frontera debido a la crisis política en el vecino país.
El hecho de que las acciones de violencia hubiesen estado expresamente dirigidas contra las casetas de la Dian y de la Policía Fiscal y Aduanera (Polfa) apunta a que el móvil de los incidentes está relacionado con las estrategias locales, anunciadas por el alcalde de Cúcuta, Donamaris Ramírez, para frenar la venta de gasolina ilegal.
El anuncio de multar a los conductores de automóviles y motos que se surtan con gasolina de contrabando se produjo en momentos en que el propio Gobierno venezolano, a través del presidente Nicolás Maduro, prometió cortar los suministros de combustibles a las ciudades donde los manifestantes antigubernamentales utilicen este recurso energético como medio de financiación de las “bandas de paramilitares colombianos”.
Según el análisis del entorno de Maduro, estos paramilitares están interesados en aliarse con “la oligarquía venezolana” para contribuir a derrocar a su Gobierno, una aseveración que refuerza las sospechas de una próxima intervención a gran escala del Gobierno central venezolano en el vecino estado de Táchira.
Aunque los dos gobiernos dispondrían de motivaciones distintas para frenar el contrabando de gasolina, los análisis del Gobierno de Maduro coinciden en un todo con las recomendaciones de su equipo de asesores, hecho en abril del año pasado, según las cuales la fuga de combustibles a Colombia está afectando las finanzas de la petrolera estatal PDVSA, interesada al parecer en preparar el terreno para una gradual alza en los precios internos de la gasolina.
El difícil panorama que se registra en la zona de frontera se ha visto acentuado también por las esporádicas manifestaciones de protestas esta semana en San Antonio y Ureña contra el Gobierno de Maduro. En la primera de estas localidades fue incluso colgado un letrero con la frase “No más dictadura”, colocada en el lado venezolano del Puente Internacional Simón Bolívar.
En cualquier caso, los serios incidentes de anoche en este mismo paso fronterizo podrían articularse con el descontento de los contrabandistas venezolanos, preocupados por la posibilidad de que Maduro despliegue una mayor fuerza militar en Táchira para cerrar los pasos fronterizos ilegales (trochas), a través de los cuales el vecino estado es víctima de un desabastecimiento de alimentos y de artículos de aseo, concebido para desestabilizar al Gobierno venezolano.
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