Un maletero llevó la peor parte en el tiroteo de La Parada

 
El cadáver de Miguel Galindo quedó en la entrada de una panadería, en el barrio Alfonso López, en el corregimiento La Parada, Villa del Rosario.

“Alcancé a ver a un hombre sosteniendo un arma en su mano. Simultáneamente, alguien gritó: ‘dele’. Ahí, empezó la balacera”, relató una de las 10 personas que quedaron en medio de un tiroteo registrado la noche del miércoles en  el paradero de busetas del barrio Alfonso López, en el corregimiento La Parada, Villa del Rosario.

En el hecho, finalmente, murió Miguel Ángel Galindo Carreño, de 24 años, y otras dos resultaron levemente heridas: Anderson Rojas Almeida, de 27 años, y Andry Jesús Hernández Bermúdez, de 22.

El citado declarante aseguró que la persona que vio armada no lucía ninguna prenda militar, pero luego resultó ser un policía. Esta versión coincide con lo asegurado por el teniente coronel Nicolás Zapata, comandante del Primer Distrito de la Policía, quien aseveró que los agentes que atendieron el caso portaban sus carnés pero no se alcanzaron a poner las chaquetas de la institución a las 6:30 pm cuando fueron atacados.

Dos, de cuatro policías de la Sijín que se encontraban en el lugar, se habrían enfrentado inesperadamente con desconocidos cuando intentaban verificar si en la zona se encontraban algunos hombres que, al parecer, estaban vinculados a un crimen registrado horas antes cerca de la Terminal de Transportes.

“Estamos investigando si existe alguna relación entre este ataque y el homicidio” del barrio El Callejón, dijo Zapata.

El oficial añadió que la información allegada inicialmente a la Sijín dejaba entrever que en La Parada se iba a cuadrar cómo tomar el control del microtráfico en el centro de Cúcuta.

Las autoridades reportaron la muerte de Galindo, quien es señalado de haber participado en el ataque. Su cuerpo quedó tendido en la entrada de una panadería y al lado de un revólver. Los policías salieron ilesos. Un pistolero habría huido.

Parientes del occiso precisaron que jamás le vieron un arma y que laboraba como maletero en la zona. “A las 5 de la tarde lo llamé y me dijo que más tarde iría a cenar. Luego recibí la noticia de su muerte. ¡Me lo mataron! ”, lamentó su madre, al referirse a los policías que estuvieron en el abaleo.
Tomado de la Opinión

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