Autoridades del Táchira frenan envío de remesas

 
Las entradas de las empresas que prestan el servicio en Cúcuta de envío y retiro de dinero girado del exterior, se ven abarrotadas de personas que esperan su turno para reclamar la remesa que les envían desde venezuela.
Desde que la dirección de Política de la Gobernación del Táchira asumió el control de las cartas de residencia, exigidas para enviar las remesas en dólares vendidos por Cadivi a familiares de venezolanos o extranjeros que viven en el exterior, las constancias se redujeron drásticamente.

De las aproximadamente 15.000 que se expedían mensualmente en dos meses la cifra se redujo a 634, de las cuales fueron aprobadas solo 245.

El mayor número de destinatarios es Colombia, y hacia el vecino país las solicitudes ascendieron a 407, de las cuales se aprobaron 76.

“Mensualmente se enviaban al exterior millones de dólares. Hoy solamente se entregan a los beneficiarios que pueden comprobar que este auxilio va dirigido en forma correcta y que no se está haciendo negocio, como lo detectaron las autoridades venezolanas”.

La información fue entregada por José Gregorio Zambrano, director de Política del ejecutivo regional, quien precisó que se abrieron expedientes a 43 personas entre funcionarios de gobierno y civiles, que hacían parte de las mafias que estafaban al Estado.

Dentro de las entidades que están sometidas a investigación figuran casas de cambio de la frontera que se estaban prestando para el fraude, y que fueron allanadas por efectivos policiales donde se pudo comprobar la estafa que cometían.

Zambrano dijo que aquellos a quienes les fue rechazada la carta de residencia por falta de requisitos tienen hasta seis meses para completar la documentación; si los reúnen se les otorga la carta para que puedan tramitar sus envíos.

Los dólares para remesas familiares fue un programa creado por el Gobierno venezolano a raíz del establecimiento del control de cambios, e iba dirigido a venezolanos y extranjeros que, con familiares en el exterior, les giraban el dinero para ayudarles.

La disposición se desvirtuó y se creó una cadena de corrupción en la que se abrieron oficinas para llenar las carpetas exigidas y muchos enviaban, de manera ficticia, remeses para dos y hasta tres personas.

Zambrano dijo que fue tal la defraudación, que los mismos remitentes viajaban a Cúcuta para hacer las colas y cobrar las remesas que ellos mismos habían mandado.

Señaló el funcionario que por cada remesa enviada quedaban 5.000 bolívares mensuales. Los que enviaban tres remesas tenían una utilidad de 15.000 bolívares. 

“Hoy podemos decir que en el Táchira se hizo una gran gestión en ese sentido y como quiera que los remitentes se fueron a otros estados del país, un equipo del Táchira estuvo prestando asesoría a las gobernaciones de Zulia, Mérida y Barinas, para que actuaran de la misma manera”, señaló Zambrano.

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