ONG progresar manifiesta que 60 familias rosarienses han abandonado el municipio por amenazas



A propósito del grave panorama de violencia que se ha desatado en el departamento y las zonas urbanas como consecuencia del negocio de la droga, el director de Progresar advirtió de la delicada situación a la que está sometida Villa del Rosario.

Según Wilfredo Cañizares, el fortalecimiento de las bandas criminales que han emergido en la zona tiene bajo amenaza a la población, al punto que muchas familias han optado por abandonar el municipio metropolitano para preservar la vida.

Tan solo en los primeros tres meses del año Progresar registró un total de 60 familias que tuvieron que salir huyendo hacia Venezuela y el interior del país, a raíz de las amenazas de las que fueron víctimas.

A mayo, el número habría aumentado en 20 familias más, sin embargo, las cifras no se han confirmado.

“Villa del Rosario está pasando una situación extremadamente grave. Prácticamente el municipio está en medio de la lucha entre Los Rastrojos y Los Urabeños. Estos grupos criminales son los que imponen la ley, asesinan, desaparecen de manera forzada y amenazan a la gente”, aseguró Cañizares.

Otro municipio nortesa-ntandereano que vive esta misma situación es Ocaña. Según dijo, allí se ha desencadenado un fenómeno de ‘limpieza social’ propiciado por grupos ilegales que pretenden acabar con la inseguridad que se registra en el caso urbano.

Esto ha desencadenado el miedo entre los pobladores, que temen salir de sus casas después de las seis de la tarde, por temor a ser objeto de represalias.

Lo grave de la situación tanto de Ocaña como de Villa del Rosario, denunció Cañizares, es la poca respuesta de las autoridades frente a los hechos de violencia que se registran.

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