Teresa Villamizar Mendoza



En la foto la profesora Teresa Villamizar, acompañada de sus compañeras Miriam Coronado (al centro), Ninfa Niño, Blanca de Clavijo.


La señorita Teresa Villamizar nació en Villa del Rosario en agosto de 1914. En el primer cuarto del siglo pasado, con sus escasos 16 años, remontaba a lomo de mula los senderos escarpados del municipio Histórico a través del follaje de la montaña hasta el brumoso corregimiento de Palogordo para hacer realidad su sueño de ser maestra. Diez años más tarde, aguijoneada por su espíritu de servicio, fundó la primera escuela a petición de la comunidad cuando el corregimiento de Las Lomitas era un caserío de pastores de cabras y el camino de herradura - alterno al del ferrocarril – más expedito para llegar de Villa del Rosario a Cúcuta. Posteriormente, contraviniendo criterios de la Secretaría de Educación, que a la postre avaló sus razones, creó auspiciada por un hacendado de la región en el sector rural de Juanfrío, el tercer años elemental para que no claudicara en los niños sin recursos el entusiasmo del aprendizaje que malograba ordinariamente la distancia con la ciudad.
Promediando el siglo, durante la exterminación partidista trabajó como docente del Colegio Los Andes en la Ciudad Fronteriza de Rubio hasta su retorno a la Patria con el cargo de directora de la escuela Santa Elena – a un costado de la Capilla Santa Ana donde fue bautizado el Párvulo insigne-, que sostuvo mixta contra los convencionalismos, impasible a la descalificación del cura párroco que fustigaba en sus sermones dominicales su temeridad de desnaturalizar un plantel preconcebidamente femenino. Y así lo mantuvo, contra viento marea, hasta su demolición inútil por los planes de expansión del complejo histórico en 1981 cuando apeló al autoexilio para no asistir al deprimente desmoronamiento que le dejó hasta la muerte un ala quebrada del corazón. Finalmente, superando con los arrestos de su estirpe indomeñable aquella carcoma, asumió con resolución las riendas de la escuela Pedro Fortoul que sustituyó a la devastada, hasta su jubilación después de 55 años de servicio.
En su lecho de muerte, acaecida en su casa paterna del Barrio Villa Antigua, después de una brillante peroración fúnebre a Jesús Sacramentado fallece rodeada de sus amigos y de sus seres queridos, el 3 de mayo del año 2000.

"Museo Fotográfico de La Bagatela" - Convenio Ministerio de Cultura / Alcaldía de Villa del Rosario

Texto: Francisco José Rodriguez Leal 2005

2 Realice Su comentario Aquí:

Carlos J. Vivas dijo...

La señorita Teresa Villamizar pertenece a un tronco de egregios rosarienses que en el Siglo XX fue protagonista en la vida política y económica de la región, ya como miembros de la junta de hacendados que construyó el primer acueducto de la ciudad en 1924 y como líderes de la política regional: Plutarco Villamizar, Víctor M. Villamizar, Carlos Saúl Villamizar y su padre Rubén Villamizar, o como pioneros de la viticultura y sus variedades Golden Shampion, Málaga Rosada, Moscatel, Gross Colman, Maravilla de Francia, Corinto de Grecia e Isabela, por parte de sus hermanos Antonio, Ismael, Ovidio, Víctor, Sebastián e Isidro Villamizar en los terrenos conocidos entonces en Villa Antigua como El Zaque.

Quienes fueron sus alumnos no pueden olvidar el carácter sin fisuras de la señorita Teresa y sus tradicionales paseos a la Hacienda 'Santa Teresa' de doña Amelia de Serrano y sus esfuerzos por mantener el único comedor escolar de la época auspiciado con los recursos de un filántropo gringo hasta la extinción de la Escuela Santa Elena en 1981.

Infortunadamente para su memoria, un rector sin arraigo y sin un adarme de consideración por nuestros valores culturales, desconocedor de su prolífica labor docente que la coloca en un lugar preferencial al lado de sus coterráneos Manuel Antonio Rueda Jara y Luis Gabriel Castro Maldonado, borró del marco de la biblioteca escolar de la Escuela Pedro Fortoul su nombre escrito en grandes caracteres por la comunidad educativa que aspiraba con ese gesto deferente exaltar toda una vida en la asaz, ardua e ingrata tarea de enseñar.

Hoy, sus amigos y discípulos que conformamos tres generaciones que abrevamos en sus enseñanzas, nos sentimos, gracias al reconocimiento que hace esta página de Villanoticias, presas de la nostalgia por lo que significa para los rosarienses esta pionera singular.

Honor a nuestra maestra ilustre, orgullo de los rosarienses.

Anónimo dijo...

que bonito es recordar la historia, gracias aquellas personas que se toman la molestia de difundirla.