El Táchira anegó La Parada


Adultos y niños se dieron a la tarea de retirar el lodo que el Táchira les dejo en las casas y vías del barrio Alfonso López de La Parada (Villa del Rosario).


Un nuevo desbordamiento del río Táchira anegó al corregimiento La Parada (Villa del Rosario), afectando viviendas y locales comerciales y trayendo la desesperanza a los moradores.

El agua y toneladas de lodo penetraron por todas partes, como no se tenía registro en los últimos 20 años, aseguraron las personas que ayer amanecieron tratando de limpiar las casas, calles y callejas.

Lucharon desde la media noche contra la adversidad, cuando la creciente alcanzó los barrios La Playa y Alfonso López, afectando unas 500 viviendas pues el agua subió más de un metro.

La fuerza del afluente binacional rompió muros y el agua se coló en las casas como un molesto visitante. Nadie pudo dormir y preocupados padre de familia sacaron los hijos pequeños a lugares seguros, en casas de familiares y amigos, dándose después a la tarea de resguardar las pertenencias.

El miércoles, con las primeras luces del día, la solidaridad se hizo presente en ese corregimiento del municipio histórico, habitado en la mayoría por personas que se dedican al comercio formal e informal, aprovechando la proximidad con la localidad venezolana de San Antonio del Táchira, que está a no más de 100 metros y que se alcanza cruzando el puente internacional Simón Bolívar.

Hombres, mujeres y niños se armaron de palas, escobas, baldes, mangueras, carretillas y todos los implementos que encontraron a mano para lavar la suciedad dejada por el Táchira, un vecino que según dijeron, “se está portando muy mal”.

No importó que el barro les salpicara en la cara y ropa o que se hundieran hasta las rodillas, lo importante era poner un poco de orden en medio de ese panorama tan desolador.

Manifestaron que son conscientes que la temporada invernal ha castigado a toda la región, en particular a las localidades ribereñas, pero aseguraron que la falta de obras de mitigación ha facilitado que el río se desborde en La Parada, tumbando a finales del 2010 y este año varias casas en el barrio La Playa, lo que ha dejado decenas de damnificados.

Lo nuevo, según explicaron, es que en esta oportunidad los afectados son familias del barrio Alfonso López, hasta donde el agua del río no había llegado.

La magnitud del desastre obligó a cerrar las calles y avenidas evitando el paso de vehículos, mientras los vecinos se dedicaban a sacar de las vías y casas el barro que formó una costra de unos 50 centímetros.

En la plazoleta que está frente al puesto de control de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Diana), a pocos metros del puente Simón Bolívar, fue necesario usar maquinaria pesada y volquetas para retirar el lodo, porque las lechuzas, vehículos particulares y motociclistas no podían pasar, lo que afectó el comercio habitual en ese corredor fronterizo.

Las casas de José Antonio Rojas y su vecina Teresa Rojas Balnco, residentes en la calle 2 del barrio Alfonso López, fueron las primeras en anegarse, pese a que tienen unos muros en concreto que protege las fachadas.

El nivel del agua superó la barrera de protección y penetró en la sala, las habitaciones y siguió hasta el solar, según Rojas, que ayer en la mañana lucía preocupado mientras ayudado por los hijos se daba a la tarea de limpiar la casa y los enseres.

Más adelante, una veintena de personas estaban limpiando la calle y confesaron que no pudieron dormir, porque debieron abrir varios huecos en la pared de la acera del frente, porque el agua se estaba represando y amenazaba con caer, agravando la situación.

Luz Marina Castro, que vive a pocos metros de una toma que viene del Táchira, dijo que la madrugada de ayer vivió una de las peores experiencias, porque vio el barrio en el que ha vivido muchos años convertido en un río de lodo.

“Lo peor es que no vinieron los organismos de socorro, pese a los insistentes llamados de auxilio, y estas son las horas y todavía no se han asomado por el barrio. Tememos que el río desaparezca a La Parada”, explicó.

Domingo Suárez, uno de los más antiguos moradores del barrio Alfonso López, se quejó porque considera que no se ha prestado la suficiente atención al problema de los desbordamientos del Táchira, que ha castigado tanto a La Parada.

La maquinaria con la que están construyendo las barreras de protección a pocos metros del puente Simón Bolívar, debe ser desplazada un kilómetro más arriba, hasta la curva que formó el Táchira, para que cierre el boquete y cambie el curso del río, aconsejó.

Leonel Landazabal, pastor de una congregación evangélica, lideró ayer los trabajos de limpieza de la iglesia. Relató que la emergencia inició a las 12:30 de la noche y el nivel del agua bajó hacia las 6:00 de la mañana, cuando dejó de llover.

Jenaro Higuera explicó que el desbordamiento se produjo porque llovió toda la noche en el páramo El Táma, donde nace el Táchira, y La Parada está desprotegida a falta de un buen dragado y barreras de protección.

Esa opinión la comparte Daniel Caicedo Rodríguez, agregando que las autoridades locales y departamentales deben trabajar en la construcción de un malecón, en concreto, para defender La Parada, antes que la desaparezca el río.


Tomado de la Opinión

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