Academia de Historia



Por: Olger García V.

El pasado sábado 2 de abril en horas de la mañana asistí, en mi calidad de miembro de la Sociedad Bolivariana de San José de Cúcuta, y como uno los oradores de orden, al acto que programó el Consulado de la República Bolivariana de Venezuela y Corpatrimonio, con ocasión de los 219 años del natalicio del general Francisco de Paula Santander, y comentaba con mi vecino en el palco de honor que en horas de la tarde se posesionaría la nueva junta directiva de la Academia de Historia de Norte de Santander, precisamente en la fecha en que se cumplía otra fecha importante de esa institución. Como no fue posible hablar en la sesión solemne hoy quiero hacerlo en este artículo, con base en crónicas añejas y aclarando que en el transcurrir de la Academia de Historia hay que estudiar cuatro fechas decisivas: creación, instalación, funcionamiento y conversión.

Es conocido que la actual Academia de Historia fue creada como Centro de Historia por la Ordenanza No. 42 del 29 de abril de 1934, dependiente de la antigua Dirección de Instrucción y de la Academia Nacional de Historia, con 12 miembros de Número que elegiría el señor Gobernador –Francisco Lamus Lamus- y 12 miembros Correspondientes y un secretario que nombraría el Presidente. Dicha Ordenanza dispuso que su instalación fuera el siguiente 4 de julio, en homenaje a los próceres de Pamplona que iniciaron el movimiento de Independencia en esa fecha de 1810. Ni los gobernadores Francisco Lamus Lamus y Luis Hernández Gutiérrez se esforzaron por cumplir el mandato ordenanzal, hasta que llegó el gobernador Manuel José Vargas, hombre de estudio y preocupado por su ciudad, quien expidió el decreto No. 673 de noviembre 24 de 1935, donde hizo la designación de los 12 miembros de Número que le correspondía hacer al gobierno departamental.

El 2 de abril de 1936 -75 años se cumplieron el pasado sábado y era lo que yo quería decir a los consocios de la corporación- el gobernador Manuel José Vargas instaló solemnemente el Centro de Historia en el histórico Templo de Villa del Rosario, siendo el mismo Manuel José Vargas quien entregó los diplomas a los doctores Francisco A. Torres, Rafael Espinosa, Teodoro Gutiérrez Calderón, Ciro Alfonso Gómez, José María Vesga Villamizar, Miguel Durán Durán, Bernardo J. Hernández, y los señores León García-Herreros, Arturo Villamizar Berti, Luis Gabriel Castro, Luis Eduardo Romero y Luis Eduardo Pacheco. Las crónicas registran que el orador de orden en esta sesión solemne, con discurso moderado y sin excederse abusivamente en el tiempo, fue don Felipe Ruán, entonces Director de Educación.

Luego se hizo la elección de la junta directiva, quedando integrada así: Presidente, Rafael Espinosa; Vicepresidente, Luis Eduardo Pacheco y secretario, Luis Eduardo Romero. El presidente electo, Rafael Espinosa, en su breve oración de agradecimiento, se refirió a la personalidad de los miembros elegidos, destacó las cualidades y defectos de nuestras gentes y resaltó la obra y memoria del general Santander. Don Luis Gabriel Castro -autor de “La Capital de la Gran Colombia”, obra con la que ganó el concurso que en 1940 realizó la Asamblea sobre el mejor ensayo histórico-geográfico- se quejó del abandono del Templo Histórico de Villa del Rosario. Ahora bien, 22 días después de su instalación –el 24 de abril de 1936- el Centro de Historia de Norte de Santander inició sus labores. El gobernador Vagas dispuso, mediante decreto No. 352 de julio 2 de 1936, que la Biblioteca Pública “Julio Pérez Ferrero” pasara a ser dependencia del Centro de Historia, quedando como bibliotecario el señor secretario del Centro. Por ley 43 de 1973, artículo 9°, se convirtió de Centro a Academia.


Tomado de la Opinión

0 Realice Su comentario Aquí: