La reducción del flujo de carga importada, como consecuencia del congelamiento de las relaciones comerciales entre Colombia y Venezuela, agudiza cada día que pasa la situación laboral de los transportistas de la frontera.Una parte de los transportadores venezolanos se dedicaba a realizar el denominado “cruce de fronteras”, lo cual significa pasar la mercancía desde Cúcuta hasta San Antonio y Ureña, para que después de estar nacionalizadas, la carga fuera movilizada hacia el interior del país por otros compañeros de trabajo. Sin embargo, tras el congelamiento de las relaciones comerciales, el intercambio ha decaído y muchos camioneros tienen semanas y hasta más de un mes sin hacer siquiera un “cruce de fronteras”, mucho menos viajar hacia el centro u oriente de Venezuela.Los camioneros están preocupados porque no saben qué harán, si la situación laboral continúa como está. Las empresas de transporte de San Antonio y Ureña poco son frecuentadas ahora por los conductores, porque la respuesta del patrón siempre es la misma: no hay carga.
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