En Turbay Ayala piden ampliación del acueducto

Profesor Gustavo Vega

Sedienta y sudorosa llega a casa Viviana Rodríguez, en la parte alta del barrio Turbay Ayala (Villa del Rosario). A diario, sube la empinada calle 4, luego de una larga jornada de trabajo como empleada de servicio doméstico.El deseo de darse una ducha para aliviar el calor y refrescarse tiene que ser reprimido por falta de agua. “A veces llega cada 15 días, cada mes, cada dos meses. A veces ni se acuerdan de nosotros”, expresó la madre de tres hijos y cabeza de hogar.El caserío está en un cerro arcilloso y no tiene red de acueducto. Para solucionar el problema, los habitantes compraron mangueras de media pulgada y las instalaron a una tubería que pasa por la carrera 15, a una cuadra de la ruta de las busetas.Adquirieron motobombas para subir el agua hasta los ranchos, porque el líquido llega con poca presión.

Algunos tienen dos y las prestan a los vecinos.Las 20 familias se abastecen por turnos de dos horas. Tiempo que les alcanza para llenar un tanque construido por la comunidad, con bloques de ladrillo.A la tubería conectan cinco mangueras que, después del turno, retiran para poner las otras. “Eso sí, hay que estar pendiente cuando llega el agua, porque no hay tiempo qué perder”, afirmó un vecino.La escasez de agua obligó a una mujer, que vive en la mitad del caserío, a aprovechar la lluvia. Por medio de las canales del techo el líquido va a parar a un recipiente, junto al tanque.Aunque la comunidad pidió a la empresa de acueducto y alcantarillado del municipio histórico la ampliación de la red, la solicitud no ha sido atendida.
CONTADORES COMUNITARIOS
Las familias de la parte alta del barrio Turbay Ayala se quejaron por los dos contadores comunitarios que instaló Centrales Eléctricas de Norte de Santander.

No están de acuerdo con que el monto del servicio sea dividido en partes iguales, porque algunos consumen más energía que otros. Rechazaron la intención de Cens de poner un aparato adicional para facturar el consumo de las motobombas. “No vamos a pagar dos recibos, uno por el contador comunitario y el otro por el contador de las motobombas”, señaló Gustavo Vega, profesor de artes. El docente pidió a la empresa de energía poner un medidor por casa para evitar conflictos entre vecinos.

“Ellos (Cens) alegan que para poner los contadores debemos tener la posesión del terreno y el certificado del alto riesgo. Esto es un terreno que no ha sido legalizado”.Los aparatos fueron instalados hace un año. Cada uno está conectado a 10 casas. Al inicio pagaron $10.000 por el servicio. Hoy, les cobran $17.000.Luis Sierra, presidente de la junta de acción comunal, solicitó a Centrales el cambio de los postes, porque están viejos y son de madera.Aunque el sector no paga alumbrado público, pidió a la empresa del servicio extender la red, porque la calle 4, a partir de la carrera 16, no tiene iluminación.


Tomado de la Opinión

2 Realice Su comentario Aquí:

Anónimo dijo...

Esta parece la fábula de La Lagartija que nunca ve llegar agua a su agujero como no sea en los periodos de lluvia.
Este barrio, Turbay Ayala, se caracteriza porque en los periodos de elecciones se vende al mejor postor y cuando llegan al poder no le devuelven nada en obras porque ya les han cancelado con la compra de votos.Tengo un gran aprecio por Gustavo Vega porque conozco su honorabilidad. Es un hombre que lucha por el arte, pero lamentablemente se queda corto en la parte de la lucha social. Yo, que él, adelantaría una cruzada para conseguir el cierre de las ladrilleras porque los está matando diariamente; crearía un comité del agua y haría presencia en la empresa de acueducto para que el turno de agua se les escamoteara. Denunciaría, como lo hizo ahora, con más constancia las necesidades de este populoso barrio. Desafiaría a los Gelves y los Ascensio a través de una "acción popular" para conseguir el cierre de las empresas arcilleras que le dan contentillo a la comunidad diciendo que generan trabajo y pagan sueldos de hambre y no brindan seguridad social. La comunidad ve en Gustavo Vega a un líder que no sabe encausar su descontento.
Este barrio votó en las pasadas elecciones por Emperatriz Misse, pero la alcaldesa está más absorvida por su vida sentimental con Mauricio Franco, quien ha desbaratado dos matrimonios, que en resolver y cumplir las promesas que hizo durante su campaña.Y su concejal, Miguel Guerrero solamente anda detrás de los contratos que ella le facilita (zapatos escolares)y se burla cínicamente de sus electores.
Creo que ha llegado la hora de rebelarse, de salir de este conformismo contagioso que afecta a los rosarienses. Ya está bueno.

Rosariense de bien dijo...

Amigos recordemos que estan cambiando las redes de electricidad, mañana San Gregorio, San martin y Turbay ocho horas sin luz, desconectemos todos nuestros equipos electronicos y evitemos de esta manera algun daño